Países participantes en la Operación Cóndor. Verde: miembros activos (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay). Verde claro: miembros esporádicos (Colombia, Perú, Venezuela). Azul: EEUU.
La Operación Cóndor o Plan Cóndor es el nombre con el que es conocido el plan de coordinación de operaciones entre las cúpulas de los regímenes dictatoriales del Cono Sur de América —Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y esporádicamente, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador— y con la CIA de los EE.UU., llevada a cabo en las décadas de 1970 y 1980.
Esta coordinación se tradujo en "el seguimiento, vigilancia, detención, interrogatorios con tortura, traslados entre países y desaparición o muerte de personas consideradas por dichos regímenes como 'subversivas del orden instaurado o contrarias al pensamiento político o ideológico opuesto, o no compatible con las dictaduras militares de la región'". El Plan Cóndor se constituyó en una organización clandestina internacional para la práctica del terrorismo de Estado que instrumentó el asesinato y desaparición de decenas de miles de opositores a las mencionadas dictaduras, la mayoría de ellos pertenecientes a movimientos de la izquierda política.
Una represión Continental
Perú y Ecuador, se sumaron a la Operación Cóndor en 1978, cuando los sectores ultraconservadores de las Fuerzas Armadas en el poder desplazaron a las facciones militares progresistas. Se desconoce el numero de victimas. Bolivia; El dictador Hugo Banzer (1971-1978), volvió al gobierno, por la derechista Alianza Democrática Nacionalista, de 1997 a 2001. Murió en 2002. Numero desconocido de victimas. Chile; Con el Dictador Augusto Pinochet en el poder, Chile se convirtió en el centro neuralgico de esta Operación, con 3197 victimas y desaparecidos. Brasil; Con 351 victimas, con el Dictador Ernesto Geisel en el poder. Paraguay; Alfredo Stroessner, exiliado en Brasil es requerido desde 1997 por la justicia de su país por diversos crimenes de su gobierno. 70 muertos y desaparecidos, según estimaciones oficiales; 2000 según organismos independientes defensores de los derechos humanos. Uruguay; Con Juan María Bordaberry en el poder durante esa época, pendian sobre el varias causas judiciales. 288 vicitimas, entre muertos y desaparecidos. Falleció en el año 2011 en su casa. Argentina; Con Jorge Rafael Videla en el poder, este país se hundió en las tinieblas del horror. Procesado en 2001 por la planificación de la Operación Cóndor, llego a tal extremo de torturas y asesinatos que, según cifras oficiales fueron 8961 los muertos y desaparecidos, sin embargo la cifra más cercana puede estar en torno a los 30.000 de acuerdo con las asociaciones de familiares. Estos que vamos a leer son algunos de los casos más representativos de la Operación Cóndor, que demuestran ademas la colaboración entre dictaduras.
La primera victima
Soldados chilenos secuestran en Santiago de Chile a Jorge Ríos Dalenz, cofundador boliviano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, el 12 de septiembre de 1973, el día siguiente al golpe de estado de Pinochet. Ríos Dalenz es asesinado en un centro de detención ilegal.
Asesinato Doble de la CIA
El 30 de septiembre de 1974, el mayor del ejército chileno, un ultraderechista y un agente de la CIA matan a Carlos Prats, ministro de Defensa de Salvador Allende, y a su esposa en Buenos Aires. Se valen de documentación falsa y vehiculos suministrados por la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) chilena y la Policia Federal.
El suceso que destapó Cóndor El 26 de noviembre de 1974, efectivos de la policía local secuestran en San Lorenzo (Paraguay) al progresista Martín Almada. La victima afiliada al Movimiento Polpular Colorado de Argentina, de tendencia Marxista, es torturada y encarcelada. En 1992 la investigación jidicial de su caso sacó a la luz la Operación Cóndor. Torturadores en contacto En 1975, unidades de Coordinación Federal Argentina secuestran y torturan en Buenos Aires a Roberto Pizarro, ex ministro de Gobierno del Presidente Eduardo Frei, padre, a petición de la DINA chilena. Tras las vejaciones, las autoridades militares argentinas expulsan al detenido del país. Escuadrones de la Muerte En 1975, la policía de Paraguay arresta al revolucionario chileno Jorge Isaac Fuentes Alarcón cuando intenta entrar en el país. Tras entregarlo a agentes de la DINA chilena, es trasladado ilegalmente al centro de detención Villa Grimaldi de Santiago de Chile, donde desaparece. La embajada de Estados Unidos en Buenos Aires interviene en la acción. El Cóndor desembarca en Europa Occidental Bernardo Leighton, ex vicepresidente y ministro de Gobierno de Eduardo Frei padre, y su esposa Ana Fresno son ametrallados a la entrada de su domicilio en Roma el 5 de octubre de 1975. Leighton queda paraplejico. En la planificación del atentado intervienen Stefano Delle Chiaie, director de los grupos neofascistas Avanguardia Nazionale y Ordine Nuovo, el agente de la CIA Michael Townley, su esposa y el cubano anticastrista Virgilio Paz Romero. Los servicios secretos franquistas prestan apoyo logisitico y de inteligencia. Acuerdo entre organismos El 1 de noviembre de 1975, Jean Yves Claudet Fernandez, militante franco-chileno del Movimiento de Izquierda Revolucionario, es capturado en el hotel Liberty de Buenos Aires y ejecutado por un agente de la Dirección de inteligencia Nacional chilena. Autoridades policiales y militares argentinas facilitan el arresto y silencian el suceso. Atentando con bomba en Estados Unidos En Washington, una bomba mata a Orlando Leteller, ex embajador en EEUU y ex ministro de Exteriores y Defensa de Salvador Allende, y a su secretaria el 21 de septiembre de 1976. Cubanos anticastristas secundan el ataque, perpetrado por el agente de la CIA Michael Townley. El mayor del ejercito chileno y miembro de la DINA Armando Fernandez Larios proporciona datos precisos sobre la victima; la dictadura paraguaya, pasaportes falsos y visas; y la organización paramilitar argentina de ultraderecha Triple A, informes. Profugo sin escapatoria El 28 de marzo de 1977, las autoridades paraguayas capturan a Gustavo Edison Inzaurralde, militante de un comando guerrilero uruguayo. La victima había sido detenida y torturada en Uruguay antes de refugiarse en 1973 en Paraguay. Agentes del servicio de inteligencia argentino le torturan y le hacen desaparecer. Antecedentes
En el marco de la Guerra Fría encuadrada en la América Latina, se establecieron muchas operaciones destinadas a hacer desaparecer opositores y a usarlos como parte de la propaganda de miedo como por ejemplo la Operación Fénix en Ecuador. Un antecedente directo de estas operaciones fue el Decreto Noche y Niebla de Adolf Hitler. Un historiador estadounidense atribuye a un operativo de la CIA la organización de las primeras reuniones entre funcionarios de seguridad uruguayos y argentinos para discutir la vigilancia de los exiliados políticos y también su actuación como intermediaria en las reuniones entre los dirigentes de los escuadrones de la muerte brasileños y los argentinos y uruguayos.
Pero Estados Unidos hizo más que organizar los encuentros. La división de servicios técnicos de la CIA suministró equipos de tortura a brasileños y argentinos (entre otros) y ofreció asesoramiento sobre el grado de shock que el cuerpo humano puede resistir, señala también el mismo autor.
En 2007, la profesora estadounidense Patrice McSherry, de la Long Island University, mediante un documento secreto de la CIA, fechado en junio de 1976, confirma el secuestro y tortura de refugiados chilenos y uruguayos en Buenos Aires. Según ella, dichos planes emanaron en los años sesenta en la Escuela de las Américas y las Conferencias de Ejércitos Americanos, mediante las cuales Estados Unidos enseñó a los oficiales instruidos en ellas, acciones "preventivas" (torturas) en la región. Un documento desclasificado de la CIA con fecha 23 de junio de 1976, explica que ya "a principios de 1974, oficiales de seguridad de Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia se reunieron en Buenos Aires para preparar acciones coordinadas en contra de blancos subversivos".
La Operación Cóndor fue un pacto criminal que se puso en marcha cuando se contó con una verdadera red de dictaduras en el Cono Sur y en América Latina. El general Alfredo Stroessner llevaba ya una década en el poder en Paraguay,-desde 1954-. Así como cuando los militares brasileños derrocaron al gobierno democrático y popular de João Goulart, en 1964.Después de una serie de golpes de Estado en Bolivia llegó al poder el general Hugo Bánzer en 1971. El 11 de septiembre de 1973, el general Augusto Pinochet bombardea el palacio presidencial La Moneda, derrocando al presidente socialista Salvador Allende. Coincidiendo con el plan general de “ajustar” el Cono Sur, donde crecían movimientos populares de envergadura, también en 1973, se instaló la dictadura cívico-militar en Uruguay.
Así mismo, sólo tres años después, el 24 de marzo de 1976, una Junta Militar, presidida por el general Jorge Rafael Videla, tomó el poder en Argentina, país en el cual había comenzado a actuar la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) desde el 21 de noviembre de 1973, cuando Juan Domingo Perón todavía era presidente. La Triple A actuó en una coordinación criminal, con la dictadura de Pinochet en Chile. Esto surgirá en las investigaciones sobre la Operación Colombo, un modelo de guerra sucia que actuó en 1975.
El Plan Cóndor fue una operación similar a la estrategia de la tensión utilizada en Italia en los setenta, la cual estaba dirigida por la llamada Operación Gladio, de la que Licio Gelli fue un miembro.
El Plan Cóndor fue establecido el 25 de noviembre de 1975 en una reunión realizada en Santiago de Chile entre Manuel Contreras, el jefe de la DINA (policía secreta chilena), y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina (gobernada por Isabel Martínez de Perón), Bolivia, Paraguay y Uruguay (estos últimos con gobiernos militares).
A partir de 1976, la DINA chilena y su par argentino, la SIDE, fueron la vanguardia del Plan Cóndor. Los "vuelos de la muerte", -también fueron ampliamente utilizados durante la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962) por las fuerzas francesas, a fin de que los cadáveres, y por lo tanto las pruebas, desaparecieran. También existieron muchos casos de robo de bebés en la dictadura argentina.
El 22 de diciembre de 1992, un volumen importante de información sobre la Operación Cóndor salió a la luz cuando José Fernández, un juez de Paraguay, visitó una comisaría en el Lambaré -conurbano de Asunción- para buscar archivos de un ex preso político. En su lugar se encontró con lo que se conoció como los "archivos del terror", detalla el destino de miles de latinoamericanos secretamente secuestrados, torturados y asesinados por los servicios de seguridad de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Algunos de estos países han utilizado desde entonces algunas partes de este archivo para procesar a ex oficiales del ejército. Los archivos cuentan 50.000 personas asesinadas, 30.000 desaparecidos y encarcelados 400.000.
De acuerdo con estos archivos, otros países como Perú cooperaron en diversos grados, proporcionando información de inteligencia en respuesta a las peticiones de los servicios de seguridad los países del Cono Sur. A pesar de que Perú no se encontraba en la reunión secreta de noviembre de 1975 en Santiago de Chile, hay pruebas de su colaboración con los regímenes del Cono Sur. Por ejemplo, en junio de 1980, se conoció que el gobierno de Perú colaboró con agentes argentinos del Batallón de Inteligencia 601 en el secuestro, tortura y desaparición de un grupo de Montoneros que se encontraban exiliados en Lima.
Los "archivos del terror" también revelaron la cooperación, en mayor o menor grado, de los gobiernos de Colombia y de Venezuela (se supone que Luis Posada Carriles se encontraba en la reunión secreta que ordenó el asesinato de Orlando Letelier con un coche bomba). Se ha alegado también que la organización paramilitar colombiana conocida como Alianza Americana Anticomunista puede haber cooperado con la Operación Cóndor. Brasil firmó el acuerdo más tarde -en junio de 1976-, y se negó a involucrarse en acciones fuera de América Latina.
En Argentina
El 30 de septiembre de 1974, en Buenos Aires, el retirado general del ejército chileno Carlos Prats fue asesinado junto con su esposa Sofía Cuthbert, fuera de su propio departamento, por una bomba activada a control remoto, tirando los desechos hasta el balcón planta novena del edificio de enfrente.
Según documentos secretos entregados a la prensa, el agente de la DINA Juan Morales Salgado vigilaba los detalles de la vida de Prats y su esposa. Días antes del atentado de Prats y su esposa habían iniciado trámites secretos para dejar el país. El autor material del atentado fue el ciudadano estadounidense Michael Townley, agente de la CIA
Sin embargo, las operaciones no siempre se trataron de asesinatos, también se ocupaban de la captura y entrega de personas consideradas "sediciosas" o "subversivas" por los distintos regímenes dictatoriales. Un caso de importante repercusión fue el del matrimonio Zaffaroni, quienes fueron secuestrados y desaparecidos en Argentina el 27 de septiembre de 1976. Ambos fueron trasladados al centro clandestino Automotores Orletti. Luego fueron trasladados a Uruguay. Este caso tomó relevancia en 1998 al ser encontrada la hija de la pareja, Mariana Zaffaroni Islas, quien había sido apropiada por un agente de la Secretaría de Inteligencia
En Brasil
La no necesidad de una actuación o intervención destacada de EE. UU. en Brasil prevaleció tras una tradición por parte de esta última de dictadura militar conservada y afincada en el poder desde Castelo Branco, pasando por los años más represivos con Emílio Garrastazu Médici, hasta la apertura democrática realizada hacia el final de la dictadura de João Figueiredo en 1985.
El secuestro de los uruguayos
El evento con mayor reconocimiento internacional fue el objeto la represión de Uruguay en Brasil en un evento que ocurrió en noviembre de 1978 y, más tarde conocida como la "O sequestro dos uruguaios», es decir, "El secuestro de los uruguayos". En aquella ocasión, bajo el consentimiento del régimen militar brasileño, altos oficiales del ejército uruguayo viajaron en secreto con dirección a Porto Alegre, capital del Estado de Rio Grande do Sul. Allí secuestraron a una pareja de militantes de la oposición política uruguaya,Universindo Rodríguez Díaz y Lilian Celiberti, junto con sus dos hijos, Camilo y Francesca, 8 y 3 años de edad.
La operación ilegal fracasó cuando dos periodistas brasileños --el reportero Luiz Cláudio Cunha y el fotógrafo João Baptista Scalco, de la sucursal de la revista Veja en Porto Alegre -- alertados por una llamada telefónica anónima, fueron al departamento donde vivía el matrimonio, en el barrio del Menino Deus de la capital gaúcha.
Allí, confundidos con compañeros de los uruguayos, los periodistas fueron recibidos por hombres armados que mantenían retenida a Lílian. Universindo y sus hijos ya habían sido llevados a Uruguay clandestinamente. La inesperada llegada de los periodistas rompió el sigilo de la operación, que rápidamente fue desmontada para llevar también a Lílian a Montevideo.
En 1980, dos inspectores de la DOPS (Departamento de Orden Político y Social, una rama oficial de la policía a cargo de la represión política durante el régimen militar) fueron condenados por la Justicia brasileña, los hombres armados que habían detenido a los periodistas en el apartamento de Lilian en Porto Alegre. Eran João Augusto da Rosa y Orandir Portassi Lucas (un ex jugador de fútbol conocido como Didi Pedalada), ambos identificados como participantes en la operación de secuestro por parte de los periodistas y la pareja de Uruguay, lo que sin duda confirma la participación del Gobierno del Brasil en la Operación Cóndor.
En 1991, a través de la iniciativa del gobernador Pedro Simón, el Estado de Rio Grande do Sul reconoció oficialmente el secuestro de los uruguayos y los compensó por él, inspirando al gobierno democrático del presidente Luis Alberto Lacalle de Uruguay a hacer lo mismo un año después.
El asesinato de João Goulart
Después de su derrocamiento, João Goulart se convirtió en el primer presidente brasileño, en morir en el exilio. Murió mientras dormía en Mercedes, Argentina el 6 de diciembre de 1976 de un supuesto ataque al corazón. Dado que su cuerpo nunca fue sometido a una autopsia, la causa real de su muerte sigue siendo desconocida.
El 26 de abril de 2000 el ex gobernador de Río de Janeiro, Leonel Brizola sostuvo que los ex presidentes de Brasil Joao Goulart y Juscelino Kubitschek fueron asesinados como parte de la Operación Cóndor, y pidió la apertura de las investigaciones sobre sus muertes. Juscelino Kubitschek murió en un accidente de coche.
El 27 de enero de 2008, el periódico Folha de São Paulo publicó una historia con una declaración de Mario Neira Barreiro, ex miembro del servicio de inteligencia de la dictadura de Uruguay, y declaró que Goulart fue envenenado, haciendo suyas las sospechas de Leonel Brizola.
La orden de asesinar a Goulart, según él, provenía de Sérgio Fleury, director del Departamento de Ordem Política e Social (Departamento de Orden Político y Social) y la licencia para matar vino del presidente Ernesto Geisel mismo. En julio de 2008, una comisión especial de la Asamblea Legislativa de Rio Grande do Sul, estado de origen de João, dio a conocer un documento que dice que "las evidencias de que João fue asesinado intencionalmente, con conocimiento del gobierno de Geisel, son fuertes".
En Chile
Cuando Augusto Pinochet fue arrestado en Londres en 1998 en respuesta a la petición del magistrado español Baltasar Garzón para su extradición a España, información relativa a la Operación Cóndor fue revelada. Uno de los abogados que pidieron su extradición habló de un intento de asesinar a Carlos Altamirano, líder del Partido Socialista de Chile: se afirmó que Pinochet se reunió con el terrorista italiano Stefano Delle Chiaie durante el funeral de Franco en Madrid en 1975 para asesinar a Altamirano. Pero como con Bernardo Leighton, quien fue baleado en Roma en 1975 después de una reunión el mismo año en Madrid entre Stefano Delle Chiaie, el ex agente de la CIA Michael Townley y anti-castrista Virgilio Paz Romero, el plan finalmente fracasó.
En un artículo publicado 17 de diciembre de 2004 en el Los Angeles Times, Francisco Letelier, hijo de Orlando Letelier, escribió que el asesinato de su padre fue parte de la Operación Cóndor, que se describe como "un intercambio de inteligencia de red utilizado por seis dictadores del Sur de la época para eliminar a los disidentes ". Francisco Letelier, declaró: "El asesinato de mi padre era parte del Cóndor." Michael Townley ha acusado a Pinochet de ser responsable de la muerte de Orlando Letelier. Townley confesó que había contratado a cinco cubanos anticastristas exiliados para colocar la bomba en el coche de Letelier.
En Paraguay
La larga dictadura de Alfredo Stroessner se convirtió en coetánea de los dictadores Jorge Rafael Videla y Augusto Pinochet. Los Archivos del horror de Paraguay de 1992 constituyen una de las evidencias más poderosas de la represiva dictadura paraguaya.
Según los Archivos del Terror descubiertos por Martín Almada, en la ciudad de Lambaré, Paraguay, en 1992, el Plan Cóndor dejó un saldo de 50.000 muertos, 30.000 desaparecidos y 400 000 presos.
En Uruguay
Coincidentemente a la década de los 70, de acuerdo a los procedimientos habituales de las dictaduras del Cono Sur en su declaración de gobernantes de facto, Juan María Bordaberry se autonominó dictador prohibiendo al resto de los partidos políticos su existencia. En este país el golpe de Estado se dio en el año 1973 y perduró hasta 1985, lapso en el que se asesinó, torturó, encarceló, secuestró y desapareció a una gran cantidad de personas, bajo el argumento de la lucha contra la "subversión". Previo a 1973, ya existían agentes de la CIA asesorando a las fuerzas de seguridad uruguayas, cuyo ejemplo más conocido fue Dan Mitrione, quien enseñó métodos de tortura a la policía en Uruguay.
Previamente había enseñado estos métodos a los comandantes militares sudamericanos en la "Escuela de las Américas" situada en Panamá. En relación a su población, Uruguay fue el país que tuvo mayor número de presos políticos durante la Operación Cóndor. La CNT del Uruguay (Central Nacional de Trabajadores) mantuvo una huelga general por 15 días a raíz del golpe de Estado.
Caso peruano
El legislador peruano Javier Diez Canseco declaró que él y 12 compatriotas suyos
(Justiniano Apaza Ordoñez, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Valentín Pacho, Ricardo Letts , Cesar Lévano, Ricardo Napurí, Jose Luis Alvarado Bravo, Alfonso Baella Tuesta, Guillermo Faura Gaig, José Arce Larco y Humberto Damonte), todos opositores a la dictadura de Francisco Morales Bermúdez, fueron expatriados y entregados en 1978, después de ser secuestrados en Perú, a las fuerzas armadas argentinas en la ciudad de Jujuy. También afirmó que existe documentación desclasificada de la CIA e informaciones cablegráficas difundidas por Wikileaks, que dan cuenta de los nexos del gobierno de Morales Bermúdez con la Operación Cóndor. Otros casos
El líder chileno del MIR, Edgardo Enríquez, fue "desaparecido" en Argentina, así como otros dirigentes del MIR, Jorge Fuentes, Alexei Jaccard, chileno y suizo, y Ricardo Ramírez una red de apoyo al Partido Comunista desmantelado en Argentina en 1977. Los casos de represión contra los alemanes, españoles, los ciudadanos peruanos y los judíos también fueron divulgados. Los asesinatos del ex presidente boliviano Juan José Torres y los ex diputados uruguayos Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini en Buenos Aires en 1976 también formaron parte de la Operación Cóndor. La DINA entró en contacto incluso con los terroristas croatas, neofascistas italianos y del SAVAK para localizar y asesinar a los disidentes.
La Operación Cóndor estaba en su apogeo en 1976. Los exiliados chilenos en Argentina se vieron de nuevo amenazados, y tuvieron que pasar a la clandestinidad o al exilio. Diplomáticos cubanos fueron asesinados también en Buenos Aires en el famoso centro clandestino de detención Automotores Orletti, una de las 300 prisiones clandestinas de la dictadura. Estos centros fueron gestionados por el Grupo de Tareas 18 encabezado por el condenado por ladrón armado Aníbal Gordon, quien reportaba directamente al comandante general de la SIDE , Otto Paladino. "Automotores Orletti" fue la base principal de los servicios de inteligencia extranjeros que participan en la Operación Cóndor. Uno de los sobrevivientes, José Luis Bertazzo, quien fue detenido allí por dos meses, identificó a prisioneros chilenos, uruguayos, paraguayos y bolivianos que fueron interrogados por los agentes de sus propios países. Es allí que la nuera del poeta Juan Gelman de 19 años fue torturada junto a su esposo, antes de ser trasladados a Montevideo donde dio a luz a un bebe (Macarena Gelman), que fue robada de inmediato por oficiales del ejército uruguayo.
De acuerdo con el libro de John Dinges Los años del Cóndor, chilenos detenidos del MIR en el centro de detención Orletti le dijeron a José Luis Bertazzo que habían visto a dos diplomáticos cubanos, Jesús Cejas Arias, de 22 años, y Crescencio Galañega de 26 años, torturados por el grupo de Gordon e interrogados por un hombre que viajaba desde Miami a interrogarlos. Los dos diplomáticos cubanos, encargados de la protección del embajador de Cuba en Argentina, Emilio Aragonés, habían sido secuestrados el 9 de agosto de 1976 en la esquina de las calles Arribeños y Virrey del Pino por 40 agentes de la SIDE armados que bloquearon la calle con sus Ford Falcon, los vehículos utilizados por las fuerzas de seguridad durante la dictadura. Según Dinges el FBI y la CIA fueron informados de las detenciones.
El autor cita un cable enviado por el agente del FBI en Buenos Aires, Robert Scherrer el 22 de septiembre de 1976 en el que mencionó de pasada que Michael Townley, más tarde condenado por el asesinato el 21 de septiembre de 1976 del ex ministro chileno Orlando Letelier en Washington, había tomado parte de los interrogatorios de los dos cubanos. El ex jefe de la DINA confirmó a la jueza federal argentina María Servini de Cubría en Santiago de Chile el 22 de diciembre de 1999 que Michael Townley y el cubano Guillermo Novo Sampoll estuvieron presentes en el centro "Automotores Orletti", después de haber viajado desde Chile a Argentina el 11 de agosto de 1976 , y "cooperaron en la tortura y el asesinato de los dos diplomáticos cubanos". El anticastrista y terrorista cubano Luis Posada Carriles también se jactó en su autobiografía, Los caminos del guerrero, del asesinato de los dos jóvenes. El rol de Estados Unidos
Por los archivos desclasificados de la CIA, se supo que Manuel Contreras, jefe de la DINA en Chile, fue invitado en 1975 al cuartel General de la CIA en Langley, Virginia, por 15 días. Después de esa visita, Contreras aparece como "creador" de la Operación Cóndor. El periodista e investigador Cristopher Hitchens sindica a Henry Kissinger como ideólogo de dicha operación.
En febrero de 2004 John Dinges, periodista, publicó The Condor Years: How Pinochet and His Allies Brought Terrorism to Three Continents [(The New Press, 2004)]. En este libro que revela cómo los funcionarios militares uruguayos amenazaron con asesinar al congresista de EE. UU. Edward Koch (luego alcalde de Nueva York) a mediados de 1976.
A finales de julio de 1976, el jefe de la CIA en Montevideo recibió información al respecto, pero se recomendó que la Agencia no tomara ninguna medida porque los oficiales uruguayos (entre ellos el coronel José Fons, quien estuvo en en septiembre de 1975 en la reunión secreta en Santiago de Chile, y el mayor José Nino Gavazzo, quien encabezó un equipo de oficiales de inteligencia que trabajaban en Argentina en 1976, donde fue responsable de la muerte de más 100 uruguayos) había estado bebiendo cuando se hizo la amenaza. En una entrevista para el libro, Koch dijo que George H. W. Bush, en ese momento director de la CIA, le informó en octubre de 1976 - más de dos meses después, y después de que fuera asesinado Letelier - que "su patrocinio de la legislación para cortar la ayuda militar de EE. UU. a Uruguay por razones de derechos humanos había provocado a funcionarios de la policía secreta a 'poner un precio a su cabeza'". A mediados de octubre de 1976, Koch escribió al Departamento de Justicia pidiendo la protección del FBI. Nunca fue proporcionada. A fines de1976, los coroneles Fons y Gavazzo fueron asignados a importantes cargos diplomáticos en Washington, pero el Departamento de Estado obligó al gobierno uruguayo a retirar sus nombramientos, con la explicación pública que "Fons y Gavazzo pueden ser objeto de publicidad desagradable". Koch recién tuvo conocimiento de las conexiones entre las amenazas en 2001.
Un cable de 1978 del embajador de EE. UU. en Paraguay, Robert White, al Secretario de Estado Cyrus Vance, fue publicado el 6 de marzo de 2001 por el diario The New York Times. El documento fue liberado en noviembre de 2000 por el gobierno de Clinton en el marco del Proyecto de Desclasificación de Chile. En el cable, el embajador White informa de una conversación con el general Alejandro Fretes Dávalos, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Paraguay, quien le informó que los jefes de inteligencia de América del Sur involucrados en Cóndor "se mantenían en contacto unos con otros a través de una instalación de EE. UU. en la Zona del Canal de Panamá que cubría toda América Latina ".
Según Dávalos, esta instalación era "empleada para coordinar información de inteligencia de los países del Cono Sur". Robert White temía que la conexión de EE. UU. con la Operación Cóndor podría ser revelados públicamente en el momento del asesinato del ex ministro chileno Orlando Letelier y su asistente estadounidense Ronni Moffitt que estaba siendo investigado. White informó por un cable que "parece conveniente revisar este acuerdo para asegurar que su continuación es del interés de EE. UU.".
El intercambio de información "[a través de télex] incluía la tortura técnica (por ejemplo, 'ahogo seco', y reproducir las grabaciones de las víctimas que estaban siendo torturadas a su familia)".
Henry Kissinger, promotor de la Operación Cóndor
Esto demuestra que EE. UU. facilitó las comunicaciones para la Operación Cóndor, y ha sido denominado por Patrice McSherry (Univ. de Long Island.) "otra prueba de peso que sugiere que el ejército de EE. UU. y funcionarios de inteligencia apoyaron y colaboraron conCóndor como socio secreto o patrocinador."
Los EE. UU. fue un miembro clave, siempre "proporcionó la organización, la inteligencia y tecnológicos de asistencia financiera a la operación."
Material desclasificado en 2004, señala que
En definitiva, la gestión nunca se realizó. Kornbluh y Dinges sugieren que la decisión de no enviar la orden de Kissinger se debió a un cable enviado por el subsecretario Harry Shlaudeman a su adjunto en Washington que establecía que "puede simplemente instruir a los embajadores de no tomar ninguna otra medida, señalando que no ha habido informes en algunas semanas que indiquen la intención de activar el régimen Cóndor."
McSherry añade: "De acuerdo con [el Embajador de EE. UU. en Paraguay Robert] White, las instrucciones del Secretario de Estado no pueden ser ignoradas a menos que haya una contraorden recibida a través de canales alternos secretos (de la CIA)." Kornbluh y Dinges llegan a la conclusión de que "El rastro de papel es claro: el Departamento de Estado y la CIA tenían inteligencia suficiente para tomar medidas concretas para impedir plan de asesinatos de la Operación Cóndor. Esas medidas fueron iniciadas, pero nunca se las implementó". El adjunto de Shlaudeman, Hewson Ryan, reconoció más tarde en una entrevista oral que el Departamento de Estado fue "remiso" en su manejo del caso. "Supimos muy pronto que los gobiernos de los países del Cono Sur se encontraban planificando algunos asesinatos en el extranjero en el verano de 1976, o al menos hablando sobre ello. … Si hubiéramos intervenido, podríamos haber evitado esto, no lo sé", afirmó en referencia al atentado contra Letelier, "pero no lo hicimos." La conexión francesa
La periodista francesa Marie-Monique Robin encontró en los archivos del Quai d'Orsay, del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, el documento original que acredita un acuerdo de 1959 entre París y Buenos Aires que creó una "misión militar francesa permanente" de oficiales que habían luchado en la Guerra de independencia de Argelia, y que estaba ubicado en las oficinas del jefe del Estado Mayor del Ejército Argentino. El mismo continuó hasta que el socialista François Mitterrand fue elegido presidente de Francia en 1981.
La periodista demostró como el gobierno de Valéry Giscard d'Estaing colaboró en secreto con la dictadura militar de Jorge Rafael Videla en Argentina y con el régimen de Augusto Pinochet en Chile. Los primeros oficiales argentinos, entre ellos Alcides López Aufranc, viajaron a París para asistir a cursos de dos años en la escuela militar Ecole de Guerre en 1957, dos años antes de la Revolución Cubana y cuando no existía ningún movimiento guerrillero argentino. En la práctica, dijo Robin a Página/12, "la llegada de los franceses a la Argentina conllevó a una ampliación masiva de los servicios de inteligencia y de la utilización de la tortura como el arma principal de guerra contra la subversión en el concepto de la guerra moderna". Los "decretos de aniquilación" firmados por Isabel Perón fueron inspirados en textos en lengua francesa. Durante la guerra de independencia de Argelia, las fuerzas policiales fueron puestas bajo la autoridad del Ejército, y en particular de los paracaidistas, quienes generalizaron las sesiones de interrogatorio, la utilización sistemática de la tortura y las desapariciones.
El 10 de septiembre de 2003, diputados del Partido Verde francés Noël Mamère, Martine Billard e Yves Cochet solicitaron la constitución de una Comisión Parlamentaria sobre "el papel de Francia en el apoyo de los regímenes militares en América Latina 1973-1984" ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional, presidida por Edouard Balladur. El único periódico que informó al respecto fue el diario Le Monde.
Sin embargo, el diputado Roland Blum, a cargo de la Comisión, se negó a escuchar a [Marie-Monique Robin, y en diciembre de 2003 publicó un documento de 12 páginas descripto por Robin como de la mayor mala fe posible. Alegó que el acuerdo no se habría firmado, a pesar de que el documento fue obtenido por Robin en el Quai d'Orsay.
Cuando el ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, viajó a Chile en febrero de 2004, afirmó que no había habido cooperación entre Francia y los regímenes militares.
La periodista Marie-Monique Robin dijo al periódico L'Humanité: "Los franceses han sistematizado una técnica militar en el medio urbano que se copia y se pasa a las dictaduras latinoamericanas.". Los métodos utilizados durante la guerra de independencia de Argelia en 1957 se sistematizaron y fueron exportados a la Escuela Superior de Guerra en Buenos Aires. El famoso libro de Roger Trinquier sobre la lucha contra la insurgencia tuvo una fuerte influencia en América del Sur. Robin dice que se sorprendió al enterarse de que la agencia de inteligencia francesa Direction de surveillance du territoire (DST) comunicaba a la DINA los nombres de los refugiados que regresaban a Chile ("Operación Retorno"), todos los cuales fueron asesinados. "Por supuesto, esto pone al gobierno francés en el banquillo, junto a Giscard d'Estaing, entonces presidente de la República. Yo estaba muy impresionada por la hipocresía de las autoridades diplomáticas de Francia que, al mismo tiempo recibió refugiados políticos con los brazos abiertos, y colaboró con las dictaduras."
El almirante argentino Luis María Mendía, quien teorizó la práctica de los "vuelos de la muerte", declaró en enero de 2007 ante los jueces argentinos que un agente de la inteligencia francesa, Bertrand de Perseval, había participado en el secuestro de las dos monjas francesas, Léonie Duquet y Alice Domont, que fueron asesinadas más tarde.
Perseval, quien hoy vive en Tailandia, negó cualquier vínculo con el secuestro, pero admitió haber sido miembro de la OAS, y haber escapado a la Argentina en marzo de 1962 cuando el Acuerdo de Evian que puso fin a la Guerra de Independencia de Argelia (1954-1962). Refiriéndose al documental de Robin titulado "El Escuadrón de la Muerte - la escuela francesa" (Les escadrons de la mort - l'école française), Luis María Mendía solicitó a los tribunales argentinos que el ex presidente francés Valéry Giscard d'Estaing, el ex primer ministro francés Pierre Messmer, el ex embajador francés en Buenos Aires François de la Gorce, y todos los funcionarios en su lugar en la embajada francesa en Buenos Aires entre 1976 y 1983 fueran citados ante el tribunal. Además de esta "conexión francesa", Mendia también ha acusado a la ex jefa de Estado argentina María Estela Martínez de Perón y a sus ex ministros Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero, quienes habían firmado el "decreto contra la subversión" antes del golpe de Estado de 1976. Según la sobreviviente de la ESMA, Graciela Daleo, esta es otra táctica para afirmar que estos crímenes fueron legitimados por la Ley de Obediencia Debida de 1987, y también cubiertos por el "decreto contra la subversión" de Isabel Perón (que ordenaba aniquilar el accionar de las organizaciones subversivas) Alfredo Astiz también refirió a los tribunales acerca de la "conexión francesa". Muchos de los oficiales que participaron en Argelia era oficiales de la División SS Carlomagno, que fueron enlistados en las fuerzas armadas francesas después de la guerra. Ellos conocían a cabalidad el Decreto Nacht und Nebel que fue el origen de las desapariciones forzadas como arma política. Operación Silencio
La "Operación Silencio" fue una operación para obstaculizar las investigaciones de los jueces chilenos mediante la eliminación de los testigos, que comenzó alrededor de un año antes de que los "archivos del terror" se encuentren en Paraguay.
En abril de 1991 Arturo Sanhueza Ross, vinculado al asesinato del líder del MIR Jecar Neghme en 1989, abandonó el país. Según el Informe Rettig, la muerte de Jecar Neghme se llevó a cabo por agentes de inteligencia de Chile.
En septiembre de 1991 Carlos Herrera Jiménez, quien mató al sindicalista Tucapel Jiménez, también dejó el país. En octubre de 1991 Eugenio Berríos, un químico que había trabajado con Michael Townley agente de la DINA, es acompañado de Chile a Uruguay por agentes de la Operación Cóndor, para escapar a testificar en el caso Letelier. Utilizó pasaportes argentino, uruguayo, paraguayo y brasileño, aumentando las preocupaciones que la Operación Cóndor no estaba muerta.
” Trabajo en bruto pero con orgullo, Aquí se comparte, lo mío es tuyo. Este pueblo no se ahoga con marullos, Y si se derrumba yo lo reconstruyo. Tampoco pestañeo cuando te miro, Para q te acuerdes de mi apellido. La operación cóndor invadiendo mi nido, ¡Perdono pero nunca olvido! “ fuentes: Wikipedia. Revista Historia Y Vida; Operación Cóndor... |
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ResponderEliminarEsta informacion es muy interesante, pero la foto de Velasco Alvarado no se que hace ahi espero que lo puedas quitar ya que el no participo en la Operacion condor, gracias.
ResponderEliminarBUENAS TARDES, TAMBIÉN OPINO LO MISMO , DEBERÍA ESTAR LA FOTO DEL GENERAL FRANCISCO MORALES BERMUDEZ" QUE ENTRÓ PODER EN 1976, CUANDO TRAICIONÓ AL GENERAL VELASCO Y SE HIZO DEL PODER EN TACNA.
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