martes, 11 de diciembre de 2012
EL MISTERIO DEL PESQUERO FAUSTO...Post Jo
Lo sucedido al pesquero Fausto es un misterio que a dia de hoy 44 años después sigue sin resolver. Nada hacía presagiar que aquel 20 de julio de 1068, el motopesquero Fausto entraría a formar parte de uno de los tantos expedientes X españoles.
Moto-pesquero El Fausto.
Sobre las cinco de la tarde, el motopesquero Fausto salia de Tazacorte, localidad de La Palma, llegando seis después al embarcadero de Las Puntas, en la isla del Hierro, para descargar unos plantones de plataneras destinados a su siembra en unas fincas de origen volcánico que estaban roturando unos palmeros en el valle de El Golfo. En la madrugada del día 21, serían las dos y media de la madrugada, la pequeña embarcación se hizo de nuevo a la mar rumbo a su base en el puerto de Tazacorte, a donde debería haber llegado, en circunstancias normales seis horas después.
Obreros del plátano, de faena en el puerto de Tazacorte(http://delamarylosbarcos.wordpress.com)
A bordo viajaban cuatro personas, el patrón, Ramón Concepción Hernández de 48 años de edad y padre de 6 hijos, su hermano Eliberto de 41 años y padre de 5 hijos, Miguel Acosta Hernández de 44 primo hermano de éstos y todos ellos vecinos de Tazacorte, así como un mecánico, Julio García Pino de 27 años, natural y vecino de El Paso, que se había unido a ellos como pasajero apresuradamente en el Hierro para ver a su hija enferma en la Palma.
Ramón, Eliberto y su primo Miguel(http://tradicionesdelhierro.blogspot.com.es )
El retraso en la llegada estimada del barco alertó a sus familiares y amigos, así como a su propietario, Rafael Acosta Arroyo, que puso el hecho en conocimiento de la Ayudantía Militar de Marina de Santa Cruz de La Palma. A través de la Estación Radiocostera de Canarias, se dio el primer aviso de alerta a todos los barcos que pudieran encontrarse en la zona, para que colaborasen en la búsqueda del motopesquero.
Aunque al principio no cundió la alarma, el SAR comenzó sus labores de búsqueda y rastreo en la zona donde se le suponía perdido, por lo que ordenó el despegue de un avión Heinkel He-111 “Pedro” del Ala 46 para que hiciera un vuelo de reconocimiento. Se pensó en una posible avería del motor, lo que haría que se encontrara a la deriva, por lo que el viento del Nordeste reinante lo habría apartado de su ruta, llevándolo a mar abierta.
Puerto de Tazacorte en 1968.
En la tarde del día 23, otro avión de reconocimiento sobrevoló El Hierro en dirección a La Palma siguiendo la previsible ruta del Fausto, describiendo después una ruta en círculos en el área en que podía encontrarse la embarcación, sin que consiguiera localizarlo ni comunicarse por radio con sus tripulantes, pues se sospechaba que no llevaba a bordo aparato de telefonía. Al día siguiente se incorporaron otras cuatro aeronaves, ampliando el radio de acción a unas doscientas millas al SW de El Hierro.
En la madrugada del día 25 se recibió la noticia de que el Fausto había sido localizado esa medianoche por el mercante británico Duquesa, a unas 95 millas de La Palma, cuando se encontraba en la posición 28º 15’ N y 19º 45’ W. El capitán dijo que los tripulantes se encontraban sin novedad y después de suministrarles víveres,agua y gasoil para 18 horas de navegación, les indicó el rumbo a seguir y, al mismo tiempo, comunicó a la estación radiocostera que el Fausto llegaría en la tarde de ese día a su destino.
La noticia del encuentro se difundió rápidamente por la isla. A primera hora de la tarde había ya en las inmediaciones del viejo muelle una gran cantidad de personas además de los familiares, deseosos de presenciar la llegada de los cuatro hombres, a los que ya muchos daban por desaparecidos.
Sin embargo, pasaron las horas y el Fausto no aparecía. Se esperaba que el barco recalase en la próxima madrugada o al amanecer del día siguiente, por lo que muchos se mantuvieron en vigilia a la espera del gran acontecimiento.
Al no aparecer en las horas previstas, el entusiasmo se ensombreció de nuevo y en la mañana del día 26, el Mando Aéreo de Canarias ordenó que continuara la búsqueda, despegando aviones de reconocimiento Heinkel He-111 y Grumman Albatross del SAR desde la Base Aérea de Gando, que volaron durante 17 horas. La Marina de Guerra, asimismo, ordenó la salida del cañonero Magallanes, el hidrográfico Cástor y los remolcadores de altura RA-2, RA-4 y RA-5, todos los cuales recorrieron minuciosamente la supuesta ruta seguida por el pesquero español tras su encuentro con el mercante británico Duquesa.
El dispositivo montado por el Ejército del Aire y la Armada alcanzó unos niveles realmente excepcionales. Los efectivos asignados rastreaban una zona de 12.000 millas cuadradas cerca de El Hierro y La Palma, con sus radares en continuo rastreo.
Transcurridos 17 días desde que saltó la alarma de la desaparición del moto-pesquero Fausto y del intenso trabajo por unidades de la Marina de Guerra y del Ejército del Aire, el 7 de agosto de 1968 se dio oficialmente por finalizada la búsqueda del infortunado barco y de sus tripulantes. El teniente de navío Manuel Carrillo Robles, ayudante militar de la Marina en La Palma, fue designado juez especial para la instrucción del sumario.
DIARIO DE AVISOS se ocupó también de los insistentes rumores que circularon en aquellos angustiosos días de quienes situaban la aventura del Fausto en una escapada hacia Venezuela, emulando la aventura de la etapa de los veleros de la emigración clandestina.
El 11 de octubre, la prensa tinerfeña sorprendia a sus lectores con una nueva noticia referida al hallazgo del Fausto. Al amanecer del día 9, el carguero italiano Anna di Magio lo había encontrado a 1.700 millas de Venezuela y a 1.200 de Canarias, en medio del océano atlántico a la altura del Trópico de Cáncer. Su posición en aquel momento era 23º 03′ N y 38º 30′ W.
Cuando los tripulantes italianos abordaron el barco y subieron a bordo, un escalofrio recorrió sus cuerpos. El Fausto parecía una embarcación fantasma, totalmente vacia y sin rastro alguno de los tripulantes. Sin embargo cuando bajaron a la Sala de Máquinas, se encontraron con una escena terrible y dantesca. El cadáver semidesnudo y momificado de un hombre jovén que estaba tirado sobre el motor de la Trainera, junto a un pequeño aparato de radio. Era el cuerpo del mecánico Julio García Pino, pero ¿Dónde estaban los demás tripulantes? y ¿Como había muerto Julio García?
Las primeras noticias de los italianos decían que no habían encontrado objetos personales u otras pertenencias que pudieran esclarecer la desaparición de los hombres y muerte del mecánico.
El segundo oficial del mercante italiano, Luciano Aseione, que fue quien descubrió el cadáver, dijo que a pesar de estar éste complemente desnudo y carecía de documentos personales que lo identificase, por unas hojas halladas a bordo se suponía que era Julio García Pino. El capitán del buque entregó al delegado del consulado de España en Venezuela, las hojas escritas a mano que había dejado el infortunado mecánico.
Una de estas hojas pertenecía a un diario que Julio había escrito, concretamente era la número 28 la última de ese supuesto diario que no apareció y que se entregó a la viuda de éste Luz María Toledo. En ella Julio se despedía de ella al timepo que le indicaba lo que tenía que hacer con las deudas y seguros que tenía suscritos. También podía leerse un párrafo en el que Julio le decía a su mujer: “No le digas nunca a julin lo queme pasó”(…)Luz tú sabes que Dios quiso este destino”. ¿Dónde estaban las 27 hojas anteriores del diario? ¿Quién arrancó las páginas?
En la fotografía de arriba se ve el trozo de caja de cartón perteneciente a una caja de cigarrillos ingleses, en la que se puede leer: “Para entregar esta a D. Luz María Cruz Toledo en el Paso, La Palma 3-8-68 P. Tenerife”.
El capitán del Anna di Magio, Bruno di Magio, decidió remolcar el barco hasta Puerto Cabello, su primera escala en el viaje que hacía desde el Mediterráneo hacia el Pacífico. Pero el 11 de octubre se recibió un nuevo telegrama enviado por el capitán del Anna di Magio, a través de Radio Roma, en el que decía: “Encontrándose en la posición 19º 15’ N y 46º 26’ W stop perdido batel de pesca Fausto por haberse ido a pique durante remolque stop entregaremos papeles descubiertos a bordo a cónsul español de Venezuela. Capitán”. ¿Se había roto el cable que remolcaba al Fausto o alguien lo había cortado?
La historia del Fausto sigue envuelta en la leyenda y en el misterio. Muchos interrogantes han quedado en el aire para unas familias que recuerdan como si fuera ayer aquel trágico suceso.
Fuentes consultadas: Cuarto milenio temporada 4, programa 24.
www.loincognito.wordpress.com
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