Por: Carmen Bravo, Lorenzo Cabeza, Jesús García, Jose Manuel Gª.Bautista.
A veces lo paranormal anida en un lugar y se resisten a salir del mismo, sus moradores desconocen la razón, desconocen el origen de su mal, y sin embargo su vida se ha convertido en un infierno desde que aquello habita allí. Eso es lo que le ocurre a la familia objeto de esta investigación, una investigación que se desarrolla en la localidad sevillana de Umbrete.
Nos encontramos en casa de una familia formada por tres mujeres, el cabeza de familia falleció hace más de una década, y ahora ellas, conviven y se cuidan. Quizás en ese ambiente ha encontrado el caldo de cultivo mental, o paranormal, una extraña entidad que las tortura y asola.
Todo comenzó cuando su vivienda fue objeto de una disputa familiar, dos pisos, uno encima del otro en una sola casa y una persona con el afán de quedarse el inmueble, al no lograrlo comienzan sus males, tal vez creyendo que esa misma persona –con tradición en el pueblo de realizar ritos ocultos, maldiciones y males de ojo- había “aojado” su vivienda.
Y comenzó por descensos bruscos de temperatura en el piso así como ruidos nocturnos en el bajo, ruidos como “de arrastrar los muebles” narraba Paquí R. Sin embargo en el inmueble inferior no había nadie.
Se sucedieron varios días de esta forma, entre la inquietud e intranquilidad de aquel que sabe que algo extraño sucede. Lo siguiente fueron las anomalías eléctricas en este domicilio y casi sin solución de continuidad fuertes golpes que aterraban a las tres mujeres.
Pronto comenzaron a haber marcas físicas de todo ello, aquella entidad, aquel ser dejaba su huella en forma de arañazos en paredes, pantalla del televisor, muebles de cocina… Y la noches seguían siendo un infierno.
La temperatura seguía bajando, el frío intenso era anormal e incluso tomaron la determinación de dormir juntas en la misma habitación. No sabía que era, aún no lo habían visto pero su presencia no pasaba desapercibida, incluso el pequeño perro de la familia mostraba la misma tensión que se respiraba y podía cortar con un cuchillo.
Los fenómenos no cesaban y la más pequeña de la casa, de 16 años, vio una visión horrible, una noche, mientras estaba en su habitación pudo ver un ser sombrío, negro… “Era espantoso, estaba cubierto por una capucha negra y su rostro era blanquecino, le pude ver la cara y descubrí como tenía los dientes amarillentos. Entonces fue hacia mí, se reclinó y medio que no iba a parar hasta que no me llevara con él”. Escalofriante experiencia.
Los siguiente fenómenos eran de desplazar objetos, como la estufa, o enseres del hogar, o encontrarse el cuarto de baño con todos los botes abiertos habiendo vertido su contenido en paredes y suelo y transformando aquel espacio en un infierno.
Y comienzan los daños físicos…
El ser, la entidad comienza a grabar sus garras, sus afiladas uñas, en la piel de nuestras protagonistas, a dejarles extraños símbolos o signos como cruces invertidas, dolorosos y a la vez traumático que hace que la familia viva al borde de la locura.
Cada vez más frecuentes, sobre todo con aquellos que tienen la osadía de enfrentarse a lo desconocido, a lo que no ven… Como el caso de la joven de 16 años o su cuñado.
Tuvimos la oportunidad de estar allí, en aquel lugar, e investigar. Las grabaciones en visión nocturna no arrojaron ningún resultado positivo salvo una orbe que no pudo ser registrada y que pudiera tener cualquier explicación razonable.
El frío en el inmueble es evidente, si bien los cierres no herméticos de puertas de acceso a la azotea y ventana pudieran originar una corriente silenciosa pero gélida tal y como delataba el “tintineo” de la llama de una vela.
Pudimos grabar una inquietante psicofonía en la que se puede oír: “Que no viva”, y aún se revisa material en la que pudieran encontrarse más inclusiones sin que por ello se quiera decir que hay una actividad paranormal.
Las mediciones de campo electromagnético se mantenían muy estables, muy lineales y no delataban anomalía en este sentido.
Profundizamos en la investigación, avanzamos en conocimientos sobre estas personas; analizamos la actividad en el piso inferior y los resultados aún están por determinar lo que en esta casa de la localidad sevillana de Umbrete sucede.
La familia ha consultado con sanadores y videntes que le han dicho: “Es el demonio” y prosigue Paqui “el trabajo os lo ha hecho vuestra tía, su hermana con su sobrina quienes le han hecho un trabajo, un buen trabajo; eso mismo nos lo ha dicho la de las cartas y la del reiki”, pero esto es una valoración subjetiva.
Investigadores como Lorenzo Cabeza o Mª. Carmen Bravo, del grupo GPS de investigación prosiguen la investigación y contacto constante con la familia con el apoyo del psicólogo Jesús García y quién esto les relata. Aun buscando los indicios de lo paranormal -pese a nuestra impresión de que todo es mental-, aun buscando las huellas de lo imposible.
Por: Carmen Bravo, Lorenzo Cabeza, Jesús García, Jose Manuel Gª.Bautista.
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