La Guerra Civil, o Guerra de Secesión, fue la única guerra que Los Estados Unidosvivió dentro de su propio territorio. Paradójicamente, fue una guerra sin enemigos invasores, sin ejércitos enemigos provenientes de otras naciones. La nación era una y, sin embargo, las facciones que se enfrentaron no poseían la misma cultura, ni las mismas tradiciones. En cierta medida, puede hablarse del choque de dos naciones que convivían, y luego convivieron, pero no sin una subordinarse eventualmente a la otra.
Dos culturas
Cuando vemos películas o leemos libros ambientados en la Guerra Civil, predomina una visión bastante romántica de los motivos que ocasionaron el enfrentamiento entre las dos facciones de la Secesión, el Norte (la Unión) contra el Sur (la Confederación).
La abolición de la esclavitud aparece como una de las razones principales de la guerra. La propaganda abolicionista que surgió en Inglaterra echó fuertes raíces en los estados del norte ya hacia 1820. Sin embargo, gran parte de la economía dependía hasta mediados del siglo XIX de la industria algodonera instalada en el sur, que utilizaba mano de obra esclava en sus grandes plantaciones. El sur se enriqueció gracias a este tipo de actividad económica que perdía terreno frente al avance del capitalismo, cuya mano de obra principal era el asalariado. Mientras esto sucedía, el norte comenzó a desarrollar su revolución industrial, impulsada fuertemente por las inmigraciones provenientes de Europa. La creciente demografía de la región favoreció al mercado interno de consumo de bienes básicos, que las primeras fábricas supieron abastecer.
La música militar de la Guerra Civil, hoy parte del folklore estadounidense
Con el aumento de estas fábricas en el norte, la región se fue industrializando, desarrollando una vida económica y laboral capitalista, con burgueses inversores y trabajadores asalariados. Además, no hay que perder de vista el vasto territorio que se extendía al oeste, donde llegaba el ferrocarril (otro catalizador de la industrialización) y se trabajaba la tierra del campo. Este sector fue un excelente complemento para las actividades industriales del norte. El sur, mientras tanto, permanecía ligado a su economía casi feudal basada en la mano de obra esclava y la producción de algodón, y con ella la cultura seguía ligada a las viejas tradiciones socioeconómicas.Los verdaderos motivos de la guerra
Si bien las dos regiones se perfilaban marcadamente opuestas social y culturalmente y, si bien mantenían diferentes ideologías respecto a la esclavitud, el antagonismo entre el norte y el sur se traducía principalmente al conflicto entre una economía industrial enfrentada a una economía agrícola, al del trabajo libre contra el trabajo forzado. El norte veía en el esclavismo un medio de fijar a los trabajadores a la tierra, en exclusivo beneficio de los propietarios de plantaciones. Y el norte quería que esa mano de obra fuera lo suficientemente “libre” para que pueda elegir trabajar en la industria, en el norte, donde les favorecía a los nuevos capitalistas. Además, los esclavos, imposibilitados de moverse de donde “pertenecían”, aumentaban la base de población del sur, y esto no le convenía tampoco al norte. ¿Por qué? Porque el sistema de representación política de Los Estados Unidos contemplaba la proporción representativa según la cantidad de pobladores de cada estado. De este modo, el sur ocupaba, gracias a los esclavos, 30 escaños de los 62 que había en el Senado, 90 de los 233 que existían en la Cámara de Representantes, contaban 105 electores presidenciales de los 295, y fiscalizaban todas las comisiones importantes del Senado.
Así y todo, el punto más importante de la rivalidad entre el norte y el sur era la colonización de los espacios “libres” y la expansión territorial. Cada nuevo territorio que se colonizaba en el amplio continente norteamericano incorporaba las tradiciones de sus colonizadores, de modo que había que fijar qué tipo de actividades económicas se implementaban en las nuevas tierras, si las basadas en las viejas plantaciones algodoneras o las nuevas economías, con granjas arrendadas y mano de obra libre. Finalmente, en este escenario marcado por fuertes contrastes, el candidato republicano Abraham Lincoln triunfó en las elecciones presidenciales de 1860. El sur, persuadido de que iba a perder la partida, tomó la iniciativa de declarar la guerra al norte en febrero de 1861, en una medida nuevamente muy característica de los tiempos feudales, cuando se percibe a la guerra como la única opción segura para la expansión económica.
FUENTE: SOBREHISTORIA
Es parte de la evolucion de los EE UU de America muy terrible y sangrienta
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