2 de Mayo de 1808, en el interior de la Cárcel Real de Madrid, el director lee un mensaje, que le acaba de entregar el portero de la misma:
-"Abriendo adbertido el desorden que se nota en el pueblo y que por lo balcones se arroja almas y munisiones para la defensa de la Patria y el Rey, el abajo firmante Frtancisco Xavier Cayón suplica en su nombre y de sus compañeros bajo juramento de volber todos a la prisión se nos ponga en libertad para ir a exponer la vida contra los estrangeros y en bien de la Patria.
Respetuosamente en Madrid a dos de Mayo de mil ochocientos y ocho."
Después de leer la carta, el director y el portero se miran, y este ultimo comenta que si no consiente en su pedido de buen grado se amotinarían por la fuerza, en realidad los presos ya no necesitaban el permiso, puesto que se habían hecho con las llaves, sustraídas al portero, e incluso ya iban armados con pinchos, hierros afilados, tostones...E incluso amenazan con quemar la propia cárcel.
Al final serán 56 los presos que dejan salir para batirse contra los franceses, de un total de 94, 38 deciden quedarse (contado los enfermos entre estos últimos).
Estuvieron luchando en la Plaza Mayor, conquistando un cañón y disparando con el hacia la infantería francesa que venían por la calle de los Consejos.
Y así fue, durante el mismo 2 de Mayo volvieron la mayoría, y el último llegó el día 3. Según el recuento definitivo, la cuestión quedó así:
* Presos: 94
* Se negaron a salir: 38
* Salieron: 56
* Muertos: 1
* Heridos: 1
* Desaparecidos (dados por muertos): 2
* Prófugos: 1
* Regresaron: 51
Ese muerto se llamaba Francisco Fernandez Pico, de dieciocho años, vecino de la calle la Paloma y pastor de profesión. Se encontraba en la cárcel por apuñalar a un tabernero que le había aguado el vino. Abatido por un tiro en la rodilla, en la calle de las Aguas, después fue muerto a sablazos por un jinete polaco.
Héroes por un día, prometieron y cumplieron su palabra...
Van llegando de uno en uno, de dos en dos o en pequeños grupos, sudorosos, exhaustos, con las caras tiznadas, pero todos satisfechos, con sangre en las ropas, a veces suyas, las más de franceses, las armas que traen, todas capturadas al enemigo son arrojadas por el portero al pozo; sables, fusiles y pistolas.
El herido lleva por nombre Domingo Palen, trasladado al Hospital General, volverá al tiempo a la cárcel, recuperado de sus heridas
Sobre este jinete polaco, donde lo leíste?
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