El hijo de Sam
Sus primeras víctimas las ejecutó el 29 de julio de 1976. Se trataba de dos chicas que se encontraban charlando en un coche. Danna Lauria, de 18 años, murió a causa de varios disparos a quemarropa y Jody Valenti resultó herida. Sam estuvo cazando mujeres por las calles con su Magnum durante un año.
Según sus declaraciones, David, hombre tímido sin éxito con las mujeres y sin trabajo, esperaba una señal y oía voces demoníacas que le ordenaban matar. Mataba a las mujeres para hacerles pagar las frustraciones que le habían hecho acumular.
Algunos de los retratos robot que distribuyó la policía durante su búsqueda.
El 17 de abril disparó y asesinó a los novios Valentina Surani y Alexandre Esau. En ese asesinato se produjo un cambio en su padrón de conducta: dejó una carta en la que aseguraba que mataba apara mantener joven a su padre, y que contenía frases tan preocupantes como éstas: “soy un monstruo. Soy el hijo de Sam. Soy un pequeño demonio (…) Adoro la caza. Merodeo las calles para ver si encuentro animales de caza, carne sabrosa. Las muejres de Queens son las más hermosas de todas. Debe ser por el agua de beben. Vivo para la cacería, mi vida. Sangre para Papá”. También envió una carta a un cronista del “New York Daily News” en la que le agradecía el interés por sus crímenes y le aseguraba que no dejaría de matar hasta que saciara su sed de sangre.
En agosto de 1977 la policía se interesó por las amenazadoras cartas que recibió Sam Carr sobre su perro labrador en las que un vecino se quejaba de que aullaba todo el día y estaba destruyendo su vida. Tirando del hilo dieron con David, que había escrito las cartas, y observaron que en su vida había muchas irregularidades.
Durante el juicio declaró que oía la voz de un demonio de 6000 años de antigüedad reencarnado en Sam, el perro labrador de su vecino.
Una vez sentenciado, ofreció una rueda de prensa en la que declaró que las voces que decía escuchar no existían, que todo había sido un engaño. El 12 de junio de 1978 fue sentenciado a seis cadenas perpetuas en prisión por seis víctimas y otras siete personas heridas durante su año del terror en los distritos del Bronx y Queens de Nueva York.
Berkowitz, en 2003
FUENTE: TEJIENDO EL MUNDO
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