miércoles, 8 de agosto de 2012

RUBJERG KNUDE FYR, EL FARO DEVORADO POR LA ARENA...Post Adri...






Rubjerg Knude
Al ver las imágenes de este faro, lo primero que le viene a uno a la mente son las costas africanas que alguna vez hemos visto, en las cuales los desiertos llegan hasta el océano. Es fácil imaginar un faro olvidado al que el paso del tiempo y las gigantescas dunas le han cobrado factura.

Pero la ubicación de este faro dista bastante del inhóspito continente africano.

El faro de Rubjerg Knude se encuentra la península de Jutlandia, en Dinamarca y es la porción de tierra más septentrional del continente europeo. Se podría considerar como la Finisterre de Dinamarca, aunque el faro se encuentra en la parte occidental de la península, a unos pocos kilómetros de Skagen.

Toda la península está considerada por los Daneses como una especie de Riviera turística, las costas de abruptos acantilados y gigantescas dunas vírgenes se encuentras salpicadas de pequeños pueblos pesqueros que, desde tiempos inmemorables se han dedicado a extraer los frutos del siempre peligroso y embravecido mar del norte.

El Rubjerg Knude lighthouse, se construyó en el año 1900 con un coste de 74.000 coronas. Para su ubicación se eligió un lugar privilegiado en lo alto de un acantilado a 60 metros sobre el nivel del mar, a estos 60 metros le tenemos que sumar los 23 metros del faro, lo cual nos dan 83 metros de altura, que eran capaces de hacer llegar la luz de sus linternas a más de 42 kilómetros mar adentro.


En los 68 años que el año estuvo operativo siempre se auto gestionó su propia energía, primero con su propia fábrica de gas, hasta el año 1908, durante los siguientes 40 años funcionó con petróleo y, a partir de 1948, se instaló una turbina acuática para su suministro eléctrico continuo.

Pero los ingenieros que decidieron su ubicación, subestimaron el poder y la movilidad de las gigantescas dunas y lentamente, éstas fueron avanzando y ganando terreno hacia los acantilados hasta que acabaron por rodear el faro, haciendo prácticamente invisible su haz de luz para los barcos. El coste de su mantenimiento se volvió algo desorbitado y finalmente, el 1 de agosto de 1968, el faro fue clausurado.

En las décadas de los ochenta y noventa, sus instalaciones fueron usadas a modo de museo, cafetería y centro turístico de la zona, pero una nueva crecida de las dunas en el año 2002 sepultaron literalmente todas las instalaciones, quedando desde entonces en total desuso.

Como curiosidad sobre esta zona, decir que Isak Dinesen se inspiró en estas dunas y escribió entre ellas su famosa “Memorias de Africa”.






EL HERODION...Post Jo.....



El Herodión, o Herodium (técnicamente el Herodión Superior), en árabe هيروديون (Djebel al-Fureidis, traducido como "el pequeño paraíso", aunque otras fuentes dicen que es simplemente una corrupción de Herodión), en hebreo הרודיון, fue un palacio-fortaleza construido por el rey Herodes el Grande entre los años 23 y 20 a. C., tras una victoria militar sobre los asmoneos de Jerusalén.
El Herodión Superior se situaba en la cima de una colina, y formaba un conjunto residencial con el Herodión Inferior, un grupo de dependencias y edificios de índole administrativa. Tras ser arrasada, en la actualidad la cumbre de la colina se encuentra excavada desde el año 1972, cuya forma asemeja un cono truncado. Su altura es de 758 m sobre el nivel del mar y 300 m sobre el desierto, contando con una magnífica vista panorámica. Su emplazamiento exacto está en Cisjordania, a 12 kilómentros al sur de Jerusalén y al noroeste del Wadi Urtas. Flavio Josefo se refirió al Herodión:
Esta fortaleza, que se encuentra a unos sesenta estadios de distancia de Jerusalem, es naturalmente fuerte y muy apropiada para una estructura así porque en la cercanía hay un monte que se eleva a (mayor) altura por la mano del hombre y redondeado en forma de un seno. A intervalos tiene torres redondas y un escarpado ascenso formado por doscientos escalones de piedra labrada. Dentro de él hay costosos apartamentos reales hechos para la seguridad y el ornamento. En la base del monte hay zonas construidas de tal forma que vale la pena ver, entre otras cosas por el modo en que se trae allí el agua, que escasea en ese lugar, desde lejos y a gran costo. La planicie alrededor fue construida como una ciudad que no tiene paralelo, y el monte sirve de acrópolis para las demás residencias.
Guerra I, 31, 10; Antigüedades XIV, 323-325
Al pie del cerro se construyeron edificios para el rey y su familia, y sus amigos; toda la llanura fue cubierta de edificios formando una ciudad (Herodión Inferior). Herodes, un idumeo, prefería esta ciudad a Jerusalén como lugar de descanso. Aquí fue enterrado Herodes tras morir en Jericó. Una toparquía tomó el nombre de la ciudad, pero su esplendor debió de ser efímero porqué tras la brillante descripción de Flavio Josefo, no es mencionada por Ptolomeo. Fue usada como fortaleza durante la primera revuelta judía (66-73) y fue conquistada y destruida por los romanos en el año 71, cuando Lucilio Baso y su Legio X Fretensis se dirigían hacia Masada. Herodión, Masada y Maqueronte fueron los tres últimos reductos de resistencia judía. Abandonada, se volvió a usar durante la segunda revuelta judía (132-135) y después quedó vacía hasta el siglo V en que volvió a ser poblada como centro religioso y fue ocupada por una comunidad monástica. San Jerónimo habla de una villa denominada Bethaccarem. En la parte baja se han encontrado tres iglesias.

Ha sido identificado con la Montaña de los Francos de las cruzadas (que supuestamente resistió cuarenta años tras la caída de Jerusalén, lo cual, sin embargo seguramente no es más que una leyenda aparecida el 1483 en la obra de Felix Fabri Evagatorium: de Monte Rama et ejus Oppido fortissim).
Tiene una planta circular con un torreón embutido dentro el muro y tres torres circulares adosadas, aquel y estas orientadas hacia los puntos cardinales. La montaña estaba forrada de piedra y se subía por una escalera subterránea. El muro tenía 30 m de alzada y contaba con siete plantas, dos de las cuales eran subterráneas. Dentro del patio circular se erigía el palacio, de dos plantas, con un atrio con peristilo. También hubo una sinagoga.
Se ha relacionado la planta circular del Herodión Superior, la disposición de sus torres y la situación encaramada en lo alto de un monte con la planta, las torres y la situación del castillo de Bellver (Palma de Mallorca).
El 8 de mayo de 2007, arqueólogos israelíes de la Universidad Hebrea de Jerusalén anunciaron el descubrimiento en el Herodión de la tumba de Herodes el Grande.






LA INQUISICIÓN CONTRA LOS CÁTAROS


(AS)Todavía existe entre tinieblas una iglesia cátara en Francia. A pesar de que fueron prácticamente borrados del mapa por un Papa, Inocencio III, desde 1209, en una cruzada denominada de los albigenses por la ciudad francesa de Albi. Los cátaros se instalaron en el sur de Francia, concretamente en la zona conocida como Occitania o Languedoc. Alguna leyenda los emparentaba con los merovingios y el secreto del caliz de Cristo en el vientre de Santa Magdalena...Pero lo que en realidad fueron los cátaros dista mucho de todo eso. Los cátaros se basaban en San Juan, San Paul y un dualismo muy particular para renegar del clero, de su riqueza y de su parafernalia. Para ellos lo importante era ser puros, y cátaro viene de la palabra griega con ese sentido. Renegaron de los sacramentos como la misa, tenían una oración, Padre Nuestro, y una sola ceremonia simbólica: elconsolatum, o la imposición de las manos. Predicaban un cristianismo donde Cristo era la salvación a través de la resurrección. De hecho, creían, como tantas otras facciones cristianas de la época, en la reencarnación o metempsicosis. Algunos situan su origen en los Paulicianos, los bogolinos, y los maniqueos, pero lo cierto es que su doctrina les era propia. Refutaban de San Pedro como padre de la iglesia y preferían a San Paul por el contenido de sus epístolas, de hecho, San Paul se autonombró el decimotercer apostol en sustitución de Judas alegando una aparición de Cristo post-mortem. San Paul primaba la resurrección por encima de otras formas de perdón, en los que se basaban los clérigos para conseguir dinero a cambio de parcelas en el cielo.  Las doctrinas protestantes utilizaron a San Paul en su alegato de que era el mundo el lugar de Satán y había que huir de lo mundano para purificarse y entrar en el reino de Dios, que era austero. Los cátaros no se bautizaban, no iban a misa, ayunaban los 40 días, y eran végamos: sólo probaban el pescado y rechazaban la leche y los huevos. El Papa Inocencio III organizó varios concilios para declararlos herejes, el último fue el de Letrán. Varios los nobles, pese al cariz populista del catarismo, se ofrecieron a proteger a los que se autodenominaban los buenos hombres y las buenas mujeres, vestían hábitos negros y dejaban barbas y cabellos largos. Ramon Roger Trenavel, vizconde de Albí, Béziers y Carcasona, fue víctima de un complot de Raimundo IV de Tolosa y de Simón de Monfort que recibe sus tierras. Entre 1210 y 1211, se pasa de la guerra civil en el Languedoc a la persecuciòn personal o inquisición ya que comienzan a ser quemados en la hoguera como los templarios. Tienen en común con estos que la mayoría posee dinero, es decir, los cátaros son en general ricos, no se sabe si por su peculiar organización social o por el famoso tesoro de los cátaros que se desvaneció en la nada. El catarismo ha llegado a ser utilizado como una cierta forma de nacionalismo occitano. Raimundo IV se refugió durante años en Cataluña, junto a Arnau y Emersenda, vizcondes de Castellbó.
Arnau y Emersenda

EL KRAKEN O LEVIATAN

(Eco-Charli)


    El kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos.


La leyenda puede realmente haberse originado de avistamientos de calamares gigantes reales que tendrían estimadamente de 13 a 15 metros de largo, incluyendo los tentáculos.

JAMES YOUNG....Post VK


«James Young Simpson experimentó las propiedades anestésicas del cloroformo»




(VK)
El 4 de noviembre de 1847, el doctor escocés James Young Simpson experimentó en él, junto a tres amigos, las propiedades anestésicas del cloroformo. Con posterioridad, el 8 de noviembre de ese año, se lo administró a una paciente que se encontraba en trabajo de parto, y en agradecimiento nombró a su hija Anaesthesia.
El hecho fue reportado ante la Sociedad Médico Quirúrgica de Edinburgo el 10 de noviembre de 1847. A pesar de las críticas recibidas, su descubrimiento empezó a aplicarse en la práctica de obstetricia y en otras especialidades, como la cirugía.
Simpson es reconocido como el pionero en la aplicación de ese compuesto en a medicina, y unque aparentemente la propuesta original de utilizar el cloroformo con fines anestésicos provino del químico David Waldie, la realidad es que James Young hizo las pruebas demostrativas y patentó como suyo el descubrimiento. El eminente médico escocés falleció en la ciudad de Edimburgo, en 1870.
Experimentando las propiedades del cloroformo con la ayuda de sus asistentes, llamados Keith y Matthew Duncan.
Fuente: CIMEQ

martes, 26 de junio de 2012

LOS MISTERIOS ELEUSINOS




  
En el siglo VII a.C. mientras Esparta imponía su autoridad sobre el Peloponeso por la fuerza de sus hoplitas, Atenas logró la supremacía sobre el Ática por procedimientos exclusivamente políticos. Lentamente fue absorbiendo a las poblaciones vecinas, en el sentido de que todos los habitantes del Ática eran considerados atenienses aunque no hubieran nacido ni habitaran la ciudad. Este proceso de unificación del Ática terminó en 700, cuando se incorporó Eleusis, ciudad situada al noroeste del Ática.

En Eleusis se practicaban unos ritos que en muchos aspectos fueron más importantes que la religión oficial griega, la de los dioses del Olimpo.

La religión oficial había sido modelada en gran parte a gusto de los grandes señores, pero aportaba poco al hombre común. Los Misterios Eleusinos eran probablemente un resto de la religión arcaica de Grecia.

Los iniciados tenían prohibido revelar nada sobre ellos bajo pena de muerte. Estaban relacionados con ciertos dioses agrícolas, con el grano que muere en otoño pero deja una semilla que le hace renacer en primavera.

Al principio debieron de ser ritos para garantizar buenas cosechas, pero más tarde se aplicaron sus principios de muerte y resurrección a los hombres, de modo que quien participaba en los ritos moriría y resurgiría otra vez en otro mundo. La religión olímpica, en cambio, sólo ofrecía a los muertos un Averno desolador.

martes, 19 de junio de 2012

EUDOXO DE CÍCICO....Post Jo





Eudoxo vivió en el siglo II a. C., y su historia fue transmitida por Posidonio (contemporáneo de Eudoxo) y recogida por el geógrafo Estrabón, en el libro segundo de su Geografía. Según ese relato, Eudoxo llegó a Egipto en calidad de embajador durante el reinado de Ptolomeo VIII, que estuvo en el trono desde el año 146 hasta el 117 a. C. Bien admitido en la corte, procuró informarse con detalle de las navegaciones que tenían lugar a lo largo del Nilo y, seguramente, de otros muchos detalles relacionados con la navegación, pues, según dice Estrabón, “era admirador de las particularidades locales y no carecía de educación” (todas las citas que van entrecomilladas pertenecen a Estrabón, Geografía 2.3.4) .
Pues bien, estando Eudoxo en la corte egipcia sucedió que un hombre fue llevado ante la presencia del rey. Los guardias declararon que lo habían encontrado medio muerto en una playa como único superviviente de un barco que había naufragado, y añadieron que no sabían quién era ni de dónde venía, “pues no entendían su lengua”. Intrigado por la presencia de aquel desconocido procedente de tierras extrañas, Ptolomeo ordenó que le fuera enseñada la lengua griega, y lo puso en manos de los maestros más expertos.
Al cabo de un cierto tiempo, el desconocido relató que procedía de la India, desde donde había llegado navegando, que se había extraviado y que se he había salvado tras perder a sus compañeros por causa del hambre. Sin embargo, se mostró tan agradecido por el trato que le habían dispensado, que se declaró dispuesto a guiar hasta la India una expedición integrada por las personas que el rey tuviera a bien designar. Entre esas personas se encontraba nuestro Eudoxo, deseoso de participar en una expedición en la que estaba empeñado desde hacía tiempo.
Por lo demás, el empeño que Eudoxo demostró por intentar la circunnavegación de África y llegar directamente a la India estaba basado en el esquema geográfico elaborado por Eratóstenes de Cirene, el extraordinario director de la biblioteca de Alejandría que calculó con precisión extraordinaria el diámetro de la tierra en el siglo III a. C. En el mapa de Eratóstenes, que fue aceptado por muchos de los geógrafos de la época, el continente africano estaba representado en forma de un trapecio cuya base unía dos puntos situados al sur del río Lixo y del Cuerno del Sur, término éste que Estrabón emplea para designar el actual cabo Guardafuí, es decir, el vértice del llamado Cuerno de África.
Partió, pues, Eudoxo hacia la India. Nada dice Estrabón acerca del viaje, ni de la ruta seguida ni de las dificultades a las que, sin duda, debieron de enfrentarse sus miembros. Pero sí nos dice que a su regreso, Eudoxo traía una rica carga de perfumes y piedras preciosas, “algunas de las cuales son arrastradas por los ríos, mezcladas con guijarros, y otras permanecen enterradas, igual que líquidos solidificados parecidos a los cristales que se encuentran en nuestra tierra”. No pudo disfrutar de esta riqueza, sin embargo, pues toda ella le fue arrebatada por el rey, que se quedó con todo el cargamento.
Ahora bien, desde mi punto de vista, lo más interesante del relato que nos hace Estrabón sobre los viajes de Eudoxo, está en lo que ocurrió a continuación. En efecto, muerto el rey, fue sucedido por su esposa, Cleopatra III, quien envió de nuevo a Eudoxo con recursos aún mayores. Sin embargo, a su viaje de regreso “fue desviado por los vientos más allá de Etiopía”. Deambuló por tierras desconocidas ganándose a sus habitantes con habilidad, pues les daba frutos secos y pan a cambio de provisiones de agua y, sobre todo, guías que pudieran reconducir la expedición hacia la ruta de regreso a Egipto. Entonces, Estrabón escribe:
Descubrió Eudoxo un mascarón de proa hecho de madera, pecio de un naufragio. Tenía esculpido un caballo y averiguó que procedía de gentes que habían navegado desde el oeste. Lo cogió y, al embarcarse para la travesía de regreso, lo llevó con él. Cuando llegó de nuevo, sano y salvo a Egipto, […] llevó el mascarón al mercado, lo mostró a diferentes armadores y averiguó que procedía deGadira. Ciertamente, mientras que los comerciantes de aquella ciudad fletaban grandes barcos, los pobres fletaban unos mucho más pequeños a los que llamaban  πποι (‘caballos’) justamente por el distintivo que llevaban en sus proas. Con estos barcos navegaban hasta el río Lixo, en Marusia, para pescar. Algunos de los armadores reconocieron el mascarón como perteneciente a un barco que, al navegar más allá del río Lixo, no regresó jamás. (Estrabón Geografía 2.3.4).
Este texto de Estrabón es extremadamente interesante, pues nos habla de una navegación que va mucho más allá de las necesidades de pesca. Los híppoi o ‘caballos’ faenaban en la costa atlántica de Marruecos (Marusia), junto a la desembocadura del Lixos (actual Lucas). Justamente aquí, los fenicios habían fundado una colonia llamada Lixus (otras veces llamada Lixa o, incluso, Lyns), al lado de la actual Larache. El propio Estrabón nos cuenta en otro lugar de su obra (Geografía, 17.3.8) que allí se encontraba la legendaria tumba que guardaba el gigantesco esqueleto de Anteo, el gigante que fundó en el estrecho de Gibraltar una ciudad a la que puso el nombre de su esposa, Tingis (actual Tánger).
Así pues, barcos de pequeño calado, llamados “caballos” navegaban desde Cádiz (Gadira) hasta la costa atlántica de Marruecos con intención de pescar ‘caballas’ entre otras especies de peces. Muy probablemente, algunos de ellos debían de continuar su navegación hasta el sur, probablemente con la intención de pescar en la zona del actual golfo de Guinea. Esta práctica explicaría que uno de esos barcos, el citado por Estrabón, se aventurara a navegar todavía más al sur, bien impelido por el viento, bien por cualquier otra razón, librando el cabo de Buena Esperanza para internarse en el océano Índico.
El texto de Estrabón nos muestra la aparición del pecio de un barco de Cádiz en el Índico, en una época anterior al siglo II a. C., aunque no podemos concretar la fecha del naufragio del ‘caballo’ gaditano. El hecho es que esta noticia hizo que Eudoxo imaginara, tal como cuenta Estrabón, que era posible hacer el periplo de África, así que volvió a su patria y, como tantos otros hombres prácticos y valientes de todas las épocas, después de invertir toda su fortuna en preparar la expedición, se hizo a la mar.
Partió de Cícico. Hizo escala en Dicearquia (la latina Puteoli, hoy Pozzuoli, al lado de Nápoles), Masalia (Marsella) y Cádiz, desde donde partió con “un gran navío y dos chalupas parecidas a las que utilizan los piratas, embarcó a jóvenes cantantes, médicos y artesanos y zarpó rumbo a la India impulsado por un viento constante del oeste”. Como suele suceder en este tipo de expediciones, el mar, el viento, el sol y el cansancio hicieron que la tripulación claudicase, pidiendo a Eudoxo tocar tierra. El barco embarrancó en una costa desconocida.
Refractario al desaliento, Eudoxo construyó una nueva chalupa (“semejante a un barco de cincuenta remeros”), con la que navegó hasta un lugar en que “los hombres eran de la misma raza que los etíopes y vivían en la frontera del reino de Bogo” (Geografía, 2.3.4). Muy probablemente Estrabón se refiere a Bocco I, rey de Mauritania, el rey que ayudó a los romanos en la guerra contra Yugurta.
En este punto, Eudoxo abandonó la idea de llegar hasta la India, dio media vuelta y “encontró una isla muy rica en agua y árboles, tomando nota de su posición”. Llegó, por fin sano y salvo de nuevo a Marusia, vendió la chalupa y fue por tierra al encuentro del rey Bogo, al que intentó convencer de que se hiciera cargo de  su expedición. Como tantos otros navegantes de todas las épocas, no tuvo éxito en esta ocasión, pues algunos consejeros del rey le inspiraron el temor de que el país podía ser fácil de atacar si se enseñaba el camino a extranjeros.
Según cuenta Estrabón, Eudoxo se pasó a territorio romano para terminar en Iberia donde, mostrando de nuevo su determinación, armó dos naves, una para navegar en alta mar y otra para navegar costeando, con la intención de llegar hasta la India. Cargó en las naves herramientas agrícolas y semillas, pues tenía la idea, si la navegación se alargaba, de invernar en la isla que había anotado en su anterior viaje.
En este punto Estrabón nos dice que Posidonio interrumpe su relato, de manera que no sabemos si los planes de Eudoxo llegaron o no a cumplirse. Lo que sí sabemos es que Posidonio, tal como nos dice Estrabón más adelante, creyó en la veracidad de este relato, y que (como creen algunos autores) el propio Posidonio podría haberse encontrado en Gadira en el momento en el que todavía no se sabía el resultado final del segundo viaje de Eudoxo. También consideraron veraz el relato Pomponio Mela (3. 90-92), el geógrafo romano oriundo de Algeciras y contemporáneo del emperador Claudio, y el propio Plinio (Historia Natural, 2. 169).


El hecho es que estos textos nos hablan de un mundo en el que la navegación formaba parte ya de las gestas de los hombres. Parece que Eudoxo no logró circunnavegar África, pero su fracaso, si es que puede llamarse así, no empequeñece en lo más mínimo su inquebrantable voluntad ni su valentía.
Ciertamente, muchos estudiosos creen (y lo expresan en sus escritos, algunos de ellos muy recientes) que la circunnavegación de África es un acontecimiento protagonizado por los navegantes portugueses del siglo XV, y que el mundo antiguo no pudo conocer tal gesta.