miércoles, 8 de agosto de 2012


LA INQUISICIÓN CONTRA LOS CÁTAROS


(AS)Todavía existe entre tinieblas una iglesia cátara en Francia. A pesar de que fueron prácticamente borrados del mapa por un Papa, Inocencio III, desde 1209, en una cruzada denominada de los albigenses por la ciudad francesa de Albi. Los cátaros se instalaron en el sur de Francia, concretamente en la zona conocida como Occitania o Languedoc. Alguna leyenda los emparentaba con los merovingios y el secreto del caliz de Cristo en el vientre de Santa Magdalena...Pero lo que en realidad fueron los cátaros dista mucho de todo eso. Los cátaros se basaban en San Juan, San Paul y un dualismo muy particular para renegar del clero, de su riqueza y de su parafernalia. Para ellos lo importante era ser puros, y cátaro viene de la palabra griega con ese sentido. Renegaron de los sacramentos como la misa, tenían una oración, Padre Nuestro, y una sola ceremonia simbólica: elconsolatum, o la imposición de las manos. Predicaban un cristianismo donde Cristo era la salvación a través de la resurrección. De hecho, creían, como tantas otras facciones cristianas de la época, en la reencarnación o metempsicosis. Algunos situan su origen en los Paulicianos, los bogolinos, y los maniqueos, pero lo cierto es que su doctrina les era propia. Refutaban de San Pedro como padre de la iglesia y preferían a San Paul por el contenido de sus epístolas, de hecho, San Paul se autonombró el decimotercer apostol en sustitución de Judas alegando una aparición de Cristo post-mortem. San Paul primaba la resurrección por encima de otras formas de perdón, en los que se basaban los clérigos para conseguir dinero a cambio de parcelas en el cielo.  Las doctrinas protestantes utilizaron a San Paul en su alegato de que era el mundo el lugar de Satán y había que huir de lo mundano para purificarse y entrar en el reino de Dios, que era austero. Los cátaros no se bautizaban, no iban a misa, ayunaban los 40 días, y eran végamos: sólo probaban el pescado y rechazaban la leche y los huevos. El Papa Inocencio III organizó varios concilios para declararlos herejes, el último fue el de Letrán. Varios los nobles, pese al cariz populista del catarismo, se ofrecieron a proteger a los que se autodenominaban los buenos hombres y las buenas mujeres, vestían hábitos negros y dejaban barbas y cabellos largos. Ramon Roger Trenavel, vizconde de Albí, Béziers y Carcasona, fue víctima de un complot de Raimundo IV de Tolosa y de Simón de Monfort que recibe sus tierras. Entre 1210 y 1211, se pasa de la guerra civil en el Languedoc a la persecuciòn personal o inquisición ya que comienzan a ser quemados en la hoguera como los templarios. Tienen en común con estos que la mayoría posee dinero, es decir, los cátaros son en general ricos, no se sabe si por su peculiar organización social o por el famoso tesoro de los cátaros que se desvaneció en la nada. El catarismo ha llegado a ser utilizado como una cierta forma de nacionalismo occitano. Raimundo IV se refugió durante años en Cataluña, junto a Arnau y Emersenda, vizcondes de Castellbó.
Arnau y Emersenda

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