(Ana Mendoza de la Cerda, princesa de Éboli; Guadalajara, 1540 - Pastrana, España, 1592) Noble española. Hija de Diego Hurtado de Mendoza, y miembro de una de las más importantes familias de la nobleza castellana, casó muy joven con Ruy Gómez de Silva, prícipe de Éboli, persona muy allegada al rey Felipe II y líder del partido pacifista de la corte, que propugnaba una salida negociada al problema de Flandes. Muerto su esposo en 1573, ella misma se convirtió en una de las figuras más destacadas de este grupo, junto a Antonio Pérez, el secretario del rey. Su estrecha relación con Antonio Pérez, de quien quizás era la amante, la acabó mezclando en los turbios sucesos que provocaron la caída del secretario real. Así, cuando Pérez fue acusado de instigar el asesinato de Rafael de Escobedo, secretario de Juan de Austria y antiguo colaborador suyo, para que no descubriese sus contactos secretos con los rebeldes holandeses, la princesa de Éboli se vio implicada y fue arrestada. Privada de la tutela de sus hijos, fue exiliada a Pastrana, donde falleció.
¿Por qué llevaba un parche en el ojo?
El análisis:
Según recoge en su ensayo, "no existen documentos, referencias ni testimonios de sus biógrafossobre el origen ni el tipo de patología ocular que presentaba la princesa". Sin embargo, en el libro 'La princesa de Éboli' de Fernández Alvarez se advierte del "gran tamaño de su letra así como del uso habitual de una plantilla para que la escritura se realizase en renglones espaciados y alineados. Para este autor, es un signo de miopía acusada desde la juventud".
El experto del Clínico ha llevado a cabo un análisis macroscópico de los cuadros de Doña Ana de Mendoza y de Cerda, así como un análisis del parche y de la transparencia del mismo.
"Aunque no existe testimonio alguno, la gran mayoría de los biógrafos recogen la historia de un posible traumatismo producido por el florete de un paje con el que jugaba al esgrima", apostilla Santos-Bueso. Otros autores refieren la posibilidad de que la causa de la lesión fue la caída de un caballo en Valladolid a los 14 años. Si hubiera sido una patología congénita muy posiblemente se habría reflejado en las descripciones biográficas", reconoce.
Cuando se realiza el análisis macroscópico de las obras se aprecia "que el arco ciliar (ceja) derecho está descendido, la región orbitaria derecha es más pequeña y el parche no parece elevado sobre el globo ocular. El parche muy probablemente estuviera realizado en anacoste, tipo de lana ligera fabricada en Normandía que se utilizaba en verano por ser más fresca", concreta Santos-Bueso.
Las hipótesis:
Para este experto, y teniendo en cuenta que en aquellos tiempos "la Medicina se basaba en sangrías, emplastos y pocos más recursos, además de la carencia de antibióticos, antiinflamatorios y técnicas quirúrgicas, se plantean dos hipótesis posibles: traumatismo inciso con ojo abierto o bien un traumatismo contuso sin perforación".
Otro de los motivos por los que el doctor Santos-Bueso 'apuesta' por el traumatismo como la causa de la pérdida de visión de la princesa es porque ella "gozó de buena salud hasta el final de su vida, por lo que no sufrió procesos infecciosos graves o inflamatorios que hubieran provocado la pérdida del ojo".
Así, y en ambas hipótesis planteadas, "se produce 'ptisis bulbi' que es la degeneración y atrofia del globo ocular al perder la función visual con la alteración de la simetría facial. Aunque el traumatismo se produjo en la adolescencia y ya está desarrollado el macizo facial (14 huesos que componen la cara), se observa en la práctica diaria esta atrofia ocular y periocular ante traumatismos graves con pérdida de la visión", determina.
Fuente: El mundo
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