En Papúa-Nueva Guinea existe una tribu, a la que el antropólogo Jared Diamond llamó pueblo Sambia, en la que todos los criterios sobre la orientación sexual que prevalecen en Occidente se derrumban. Los nativos todavia disfrutan de una estructura social y tecnologia propia de la Edad de Piedra y hasta hace poco se encontraban en un proceso de guerras intertribales.
Lo más llamativo de los sambia es su relación con el sexo. Existe una división tan férrea entre los dos géneros que, en realidad, se trata de una abierta hostilidad. Los hombres son cazadores y guerreros y las mujeres se encargan de la agricultura y la manutención de los hijos. Dentro de la casa hayhabitaciones separadas para el marido y la mujer y los niños y niñas no comparten espacio.
Los juegos infantiles después de los cinco años se segregan por sexos: los niños no pueden siquiera mirar a las niñas. A los siete años a los niños se les traslada a comunidades sólo masculinas donde se practica la homosexualidad obligatoria. Los recién llegados deben realizar felaciones e ingerir el semen de los mayores para adquirir todo el poder de la masculinidad.
Los Sambia creen que toda la fortaleza y fuente de vida proviene del semen masculino y que éste no se produce de forma indefinida sino que se puede agotar. Al considerar que el semen es un bien muy escaso y fundamental, es apreciado como un tesoro y por tanto hay que potenciar su conservación.
Los niños entre los Sambia viven con sus madres segregados completamente de los adultos. Las mujeres y los niños poseen un "tingu" (órgano sexual ) que en el caso de los niños se considera que está seco y flácido hasta que llegue a la pubertad y sea introducido en la práctica masculina de la ingesta de semen.
El tingu femenino es el que produce la sangre menstrual que es la causante del embarazo., pero incluso la fortaleza de la sangre menstrual proviene del semen que su esposo ha depositado en ella. Se cree que la sangre menstrual aunque es muy poderosa, es potencialmente muy peligrosa. Hasta el punto de que puede ser causante de la muerte de un adolescente que no haya sido debidamente iniciado en la práctica de la ingesta de semen.
De ahí que el hombre deba purificarse constantemente cada vez que tiene relaciones sexuales con su esposa. Durante el coito el hombre se pone unas ramas de menta en los orificios nasales para evitar el olor vaginal de la mujer. Después del coito debe purificarse tomando baños de barro y sangrándose el mismo la nariz.
Llegada la madurez sexual, un joven puede buscar pareja femenina. Las relaciones sexuales con ella son todo un trauma. Acostumbrados al sexo entre hombres, los sambia contemplan la heterosexualidad como una penos carga que deben afrontar si quieren tener descendencia.
Sin duda uno de los casos documentados más extremos de reversibilidad de la orientación sexual.
FUENTES: Muy Interesante; Blog "lo crudo y lo cocido".
No hay comentarios:
Publicar un comentario