martes, 11 de septiembre de 2012

HARUN IBN YAHYA, EL PRIMER VIAJERO DE CONSTANTINOPLA....post Jo


En las entrañas del British Museum en Londres hallan reposo miles de documentos y manuscritos que son la llave a otras culturas, a otras épocas llenas de nombres míticos y legendarios, cuyos ecos resuenan despertando en nuestra mente ciudades, rostros, mares e imperios lejanos. Una de esas ciudades es Constantinopla, y sobre ella va este artículo.

Uno de esos manuscritos es el correspondiente a parte del trabajo de un autor árabe del s. X, llamado Abu Ali Ahmed Ibn Omar Ibn Rostah, explorador y geógrafo persa autor de una obra enciclopédica llamada “Libro de Recuerdos Preciosos” sobre geografía del mundo en su época y sus gentes. Parte de ese manuscrito fue recogido y traducido por M.J. de Goeje al latín en 1892, y en esa traducción A. Vasiliev encontró años más tarde la crónica de un viajero llamado Harun Ibn Yahya. Vasiliev tradujo esa crónica al inglés y la presentó en el Seminarium Kondakovianum nº5 sobre cultura greco-bizantina, celebrado en 1932. En este artículo os presento una traducción parcial al español, tomando como referencia el trabajo de Vasiliev.

Harun cuenta que fue hecho prisionero por los bizantinos y llevado por barco desde la ciudad litoral palestina de Ascalon hasta Attalia, una ciudad en la costa sur de Asia Menor. Desde allí fue llevado por tierra hasta Constantinopla, donde permaneció por algún tiempo, dejando por escrito una interesante descripción de la capital del imperio bizantino. Desde Constantinopla y a través de Tesalónica (Saloniki), la región de los eslavos, llegó a Venecia, y desde allí alcanzó Roma, ciudad que también describe en su crónica. Termina su crónica comentando de segunda mano información sobre Burgundia, Francia y Bretaña, lugares que no visitó.

De los datos de su crónica deduce Vasiliev que Harun realizó su viaje durante el mandato del emperador bizantino Basilio I (867-886), en el último cuarto del s.IX y después del año 881, convirtiéndose así en el primer viajero conocido en describir la ciudad imperial de Constantinopla.

En este primer artículo, os ofrezco la descripción de Constantinopla y la entrada de Harun en los recintos del Gran Palacio. Podemos situarlo temporalmente en Navidad del año 882:

Desde Antaliya (Attalia) fui llevado a caballo junto a otros durante tres días, atravesando montañas, valles y campos sembrados hasta que alcanzamos una ciudad llamada Niqiya (Iconium/Konya), que es una gran ciudad llena de habitantes. Después de tres días más llegamos a Sanqarah (Leukai/Lefke), una pequeña ciudad en una llanura. Desde allí avanzamos a pie, a nuestra izquierda y a nuestra derecha se veían pueblos griegos. En el transcurso de dos días llegamos al mar.  Entonces nos hicimos a la mar, viajamos un día y llegamos a la ciudad de Constantinopla. Es una gran ciudad, de doce parasangas cuadradas (una parasanga equivale a milla y media, como unidad persa es cinco kilómetros y medio). El mar rodea Constantinopla por toda su zona Este. Por el Oeste hay una llanura desde la cual se puede ir hacia Roma. Delante de la ciudad hay una fortificación. La puerta desde la que parte el camino a Roma es de oro, junto a ella hay guardias y la llaman la Puerta Áurea. Sobre ella hay cinco estatuas de elefantes y una estatua de un hombre sentado que sostiene las riendas de los elefantes (En otras fuentes griegas también se mencionan, se cree que representa el carro de Teodosio el Grande en su entrada triunfal a la ciudad.). La ciudad tiene también otra puerta de acceso a la península (sobre la que se asienta la ciudad), llamada la Puerta Bigas, junto a un lugar donde el emperador se retira en busca de descanso y sus puertas son de hierro (Puerta de Pegé, del que parte un camino hacia los Manantiales Santos, un lugar milla y media hacia el Oeste, donde los emperadores poseían un palacio y campos de caza a donde se retiraban de tanto en tanto en busca de descanso.)
Constantinopla, por el pintor Sorrel
Constantinopla, cuadro pintado por Allan Sorell

Puerta Aúrea 01
Constantinopla. Muralla de Teodosio, foso y Puerta Áurea

Constantinopla. Puerta Áurea

Cerca de la iglesia situada en medio de la ciudad hay una fortaleza o palacio imperial, y a su lado hay un lugar que llaman al-Buzrun (el Hipódromo). Es como un campo de carreras donde los altos oficiales, los patricios, se reúnen y el emperador queda sobre todos ellos, accediendo desde sus palacios en mitad de la ciudad. (Frente al lugar donde se halla el emperador) hay estatuas de bronce, en forma de caballos, leones, hombres, bestias salvajes, y similar (Está describiendo la spina central del Hipódromo.)

En la parte occidental del campo de carreras, hacia la Puerta Áurea, hay dos puertas desde donde parten ocho caballos, tirando de dos carros dorados, cuatro caballos enganchados a cada carro; cada carro está ocupado por dos hombres con vestimentas de seda, y hacen que los carros corran a toda velocidad. Los carros salen de las dos puertas y corren alrededor de todas esas estatuas por tres veces y al hombre que vence a su contrincante le arrojan desde el balcón del emperador (El Kathisma, la terraza donde se colocaba el emperador a observar las carreras), un collar y mucho oro. Todos los que habitan Constantinopla acuden al Hipódromo a contemplar las carreras.

Hipodromo 01
Constantinopla. Vista general del Hipódromo

Constantinopla. Spina central del Hipódromo

Kathisma del emperador, desde la arena del Hipódromo

Vista de la arena del Hipódromo, desde el Kathisma del emperador


El Palacio Imperial tiene una muralla que lo circunda por completo, de una parasanga en circunferencia, y su parte occidental alcanza el mar. La muralla tiene tres puertas de hierro, una de ellas se llama Puerta del Hipódromo, la segunda de al-Mankana (Se refiere a la zona de Mangana, recinto militar junto al Cuerno de Oro con los almacenes de guerra, el arsenal y la zona de adiestramiento), y la tercera la Puerta del Mar. Por la Puerta del Hipódromo uno entra a un vestíbulo, de cien pasos de largo y cincuenta de ancho. A ambos lados del vestíbulo hay asientos cubiertos con alfombras  de brocado, colchones y almohadas. Hay hombres negros, cristianos, que sostienen en sus manos escudos recubiertos de oro y lanzas adornadas con oro. Por la Puerta de Al-Mankana, uno entra en un vestíbulo de doscientos pasos de largo y cincuenta de ancho, recubierto todo él de mármol. A ambos lado hay asientos, donde se sientan un destacamento de kazajos, sosteniendo arcos en sus manos, y en el vestíbulo hay cuatro celdas: una para los musulmanes, otro para la gente de Tarsus, el tercero para la gente común y el cuarto para el comandante de la guardia. Por la Puerta del Mar uno entra en un vestíbulo de trescientos pasos de largo y cinco de ancho, recubierto de ladrillos rojos, y en donde, a izquierda y derecha, hay asientos adornados con alfombras, sobre las que reposa un grupo de armenios sosteniendo arcos y escudos entre sus manos. Entonces se atraviesa el vestíbulo y se llega a un patio de trescientos pasos de circunferencia, y después se atraviesa una cortina colgada sobre la puerta que conduce al (interior del) Palacio.

Según se entra (después de dejar el patio) a la izquierda está la iglesia imperial, con sus diez puertas, de las que cuatro son de oro y seis de plata. (Dentro), en el espacio cerrado destinado al emperador hay un lugar especial de cuatro codos cuadrados, todo lleno de taracea en madera incrustada de perlas y rubíes. El almohadón sobre el que se arrodilla está también adornado con perlas y rubíes. La puerta del altar tiene cuatro columnas de mármol talladas de una sola pieza. El altar ante el que el sacerdote dice sus oraciones tiene seis palmos de largo por seis de ancho, es un bloque de madera de aloe cubierto con perlas y rubíes, ante el que permanece de pie el sacerdote imperial o el patriarca. Todo el techo de la iglesia y sus bóvedas están hechas de oro y plata, esta iglesia tiene cuatro patios porticados, cada uno de doscientos pasos de largo y cien de ancho. En el patio oriental hay una pileta de mármol de diez codos cuadrados sobre un fuste de mármol, a cuatro codos sobre el suelo. Sobre ella hay una cúpula de plomo, y sobre ésta otra de plata, soportada por doce columnas, cada una de cuatro codos de largo. En lo alto de la primera hay la figura de una halcón, en la segunda un cordero, en la tercera un toro, en la cuarta un gallo, en la quinta un león, en la sexta una leona, en la séptima un lobo, en la octava una perdiz, en la novena un pavo real, en la décima un caballo, en la decimoprimera un elefante, y en la decimosegunda la figura de un ángel. Es la iglesia Nea (nueva), construida por Basilio I e inagurada solemnemente el 1 de Mayo de 881. Estaba magníficamente decorada.

Cerca de esta cúpula, en este patio, a la distancia de doscientos pasos, hay una cisterna, desde la cual el agua es conducida a estas figuras en lo alto de las columnas, y cuando llega un día de fiesta, la cisterna se llena con diez mil jarras de vino y mil jarras de miel pura que mezclan con el vino; lo especian con clavo y canela en la cantidad de una carga de camello. Cubren la cisterna tal que nadie pueda ver qué hay en su interior, y cuando el emperador deja el palacio y entra en la iglesia, él mira hacia las figuras y el vino se vierte desde las bocas y orejas de las figuras, y el vino se derrama hasta la pileta hasta que se llena, y entonces todos los que van en el cortejo para celebrar el día festivo reciben y prueban una bocanada de ese vino.

FUENTE: MUNDO HISTORIA

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