martes, 25 de diciembre de 2012

EL MONSTRUO DE VALDICIO...Post Jo




En lo más profundo de Cantabria, en una región casi olvidada por la civilización, una siniestra y esquiva criatura lleva causando estragos desde hace siglos. Seguimos sus pasos entre abruptas peñas y sombrías cuevas.

Más que un pueblo, Valdició es una silenciosa aldea de alta montaña, diseminada por las verdes laderas de la comarca del Miera, en el corazón de Cantabria, cuyas cotas superan en ocasiones los 700 m. Valdició o Valdicia, como era conocido en la antigüedad, apenas representa un barrio más del ayuntamiento de Soba, a 50 km de la capital, un conjunto de cabañas vividoras y ganaderas esparcidas por empinadas mieses que dan cobijo a no más de cien personas. Ya en viejos tratados catastrales figuraba Valdició como lugar remoto y oculto entre peñas. Un pequeño valle, verdaderamente arrinconado entre macizos y alturas que por regla general hacían de este lugar una zona perdida, donde las nieves perseveraban durante meses. Enclave verdaderamente remoto, apartado de cualquier núcleo urbano, en lo más profundo de la montaña cántabra, mísero y primitivo, más si cabe en aquellos años en los que los supuestos hechos que vamos a relatar tuvieron lugar. 

Muchos piensan que la fama que poseen estos pasiegos, pueblo noble y de por sí hermético, de gentes recelosas y poco sociables, reside en su misma forma de vida, prácticamente de subsistencia a través de sus recursos ganaderos y agrícolas, reduciéndose a lo máximo el contacto con el mundo exterior; este aislamiento, en opinión de muchos sociólogos, los convirtió en un pueblo oscuro, una raza poco menos que maldita.

Lo cierto es que Valdició se encontraba hasta no hace mucho tiempo apenas comunicado con las poblaciones vecinas por un pésimo camino de lastras que enlazaba en las inmediaciones de San Roque de Río Miera con la comarcal S-554. En el año 1982 se construyó una estrecha carretera que abrió al mundo al pequeño valle.

Cosa inimaginable, algunos periódicos como el Diario Pueblo, Alerta, El Diario Montañés o ABC, hablaban en sus números de comienzos de 1970 sobre este remoto lugar, por una noticia que sobrepasaba con creces lo común. Al parecer, una especie de reptil monstruoso estaba atemorizando, desde tiempo ha, a los placenteros habitantes de una pequeña aldea de la provincia de Santander. Reporteros de varios medios llegados hasta aquel abrupto lugar daban cuenta de los testimonios de los vecinos, que hablaban de una suerte de serpiente de fabulosas dimensiones que emitía una especie de siseo o silbido penetrante y que huía en presencia de los humanos. 


Muchos se atrevían a afirmar que su guarida se hallaba en una cueva al pie de la Peña de las Espinas, que con su majestuosidad corona aquel terreno. Justo en aquella caverna, los más viejos del lugar también hablaban de que en tiempos posteriores a la Guerra Civil se refugiaba la banda de “El Cariñoso”, conocido en toda la región como uno de los más famosos rebeldes al reciente gobierno… Así decía la noticia publicada nada menos que en un periódico de tirada nacional y tan importante como ABC, un 17 de marzo de 1970, haciéndose eco de tan misterioso encuentro:

“Según informa El Diario Montañés, los vecinos de Valdició de esta provincia viven atemorizados porque desde el verano se aparece a algunos de ellos un enorme ‘monstruo’ que ha proporcionado graves sustos. Los enviados especiales del diario que se desplazaron a Valdició –a 50 kilómetros de Santander–, hablaron con algunos de los vecinos que vieron al “monstruo”, que identifican como una gran serpiente que da silbidos y que, al parecer, anida en una cueva situada al pie de la Peña de las Espinas. Este suceso hace que los vecinos del pueblo y, concretamente, los del barrio de La Hayuela, vivan inquietos (…)”..

FUENTE: AKASICO.COM

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